Trono de escamas y almas perdidas [Legado Inmortal 1]

La muerte ama a la guerra

Habían pasado varias semanas desde la muerte de Fealltoir y el final de la rebelión. Melione había sido coronada como reina consorte una semana después y junto a Nathair habían viajado por todo el reino para que sus habitantes celebraran la unión de su reina y el ascenso de una nueva al trono.

Era mediados de otoño y las hojas de los árboles bañaban la tierra húmeda y oscura. Melione abrió los ojos de forma perezosa mientras estiraba sus brazos sobre su cabeza y movía las piernas. Se giró sobre su cama para observar a su pareja, pero esta no se encontraba ahí. Una sensación de angustia le pinzó el corazón mientras miraba la solitaria habitación, pero enseguida no le dio importancia debido a que ya era bastante tarde y seguramente su esposa debía de estar haciendo algún deber importante.

Se levantó del colchón y se dirigió a su armario para vestirse. Ahora que era la reina consorte sus ropa era mucho más elaborada aunque seguía siendo un pantalón y una camisa, aunque ahora que el invierno estaba cerca solía llevar una capa sobre los hombros. Se puso los pantalones negros y la camisa del mismo color y se sentó en la silla del tocador, después movió la campana del servicio y una criada entró.

Ya no era ninguna de las que le habían servido con anterioridad dado que habían sido acusadas por traición y habían muerto en la horca. Al igual que todos los traidores de los cuales Sliab tenía sus nombres.

―Buenos días, majestad―dijo haciendo una reverencia.

―Buenos días.

La sirvienta comenzó a cepillarle el pelo mientras ella miraba su anillo en su mano derecha. Nathair lo había guardado junto al suyo cuando la había retenido en la fortaleza del norte. Era el símbolo físico de su unión, del pacto de sangre que compartían que consistía en no hacerse daño mutuamente y el hecho de que se habían casado en aquel balcón al lado del mar.

Aún no creía que Nathair la amase tanto y que le hubiera ofrecido compartir su trono con ella y ayudarla a cumplir su deseo, la derrota de los lores de las tierras humanas. Sonrió de felicidad tras echar una última mirada a su anillo.

―¿Sabéis dónde está la reina?

―Se ha despertado con el alba, su majestad. No se donde ha ido.

―Muchas gracias, ¿podéis trenzar mi cabello?

La sirvienta asintió y trabajó con sus habilidosas manos el cabello castaño de su señora. Cuando estuvo arreglada salió de la habitación seguida por la sirvienta. Cruzó el pasillo y bajó todos los peldaños hasta la sala del trono. Abrió la puerta con una sonrisa en los labios esperando encontrarse a Nathair ahí, pero su expresión se borró de su cara cuando no la encontró.

―¿Habéis visto a la reina? ―le preguntó a un guardia que estaba detrás de las sillas del trono.

Ahora había una nueva silla un poco más pequeña para ella junto a la de Nathair. Su silla tenía relieves de flores sobre los apoyabrazos y la espalda mientras que la de su esposa tenía serpientes que se enroscaban.

―Ha ido al jardín trasero, su majestad.

―Muchas gracias, ordenad que me traigan algo de comer al celador del jardín.

―Si, majestad.

Melione atravesó el castillo con prisa, quería ver a su pareja mientras la sensación de angustia de antes crecía en su pecho. Traspasó la última puerta y salió al frondoso jardín trasero que estaba lleno de vida y color.

Miró a todos lados y encontró en medio del césped el violín de su amada tirado como si de un trapo sucio se tratase. Corrió hasta el objeto y lo levantó con mimo. Escuchó como algo golpeaba el interior del violín. Con cuidado lo movió y vio un trozo de papel arrugado en su interior, introdujo los dedos sorteando las cuerdas y lo sacó. Lo abrió con manos temblorosas.

No volverás a verla ~ Crogall

Dicen que el grito que salió de la garganta de Melione se escuchó en todo el reino de Emyerald.

Comenzada el 3 de febrero 2021

Terminada el 18 de agosto de 2021

Primer borrador