Leyendas de guerra y muerte

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Tras llegar a la sala del trono de la fortaleza Nathair se despojó de la capa de viaje que llevaba sobre los hombros dejando que la tela cayera sobre el suelo de color nácar

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Tras llegar a la sala del trono de la fortaleza Nathair se despojó de la capa de viaje que llevaba sobre los hombros dejando que la tela cayera sobre el suelo de color nácar. Sus pasos firmes resonaron por toda la estancia mientras sentía como necesitaba un baño con urgencia. Se sentó en el trono y observó cómo un criado se llevaba su capa.

Posó su mirada de color esmeralda sobre Melione la cual observaba con la boca ligeramente abierta aquel lugar. Vio cómo sus ojos se posaban sobre las filigranas de motivos marinos que decoraban las columnas blancas del salón, y como su mirada se perdía sobre el dibujo del techo. Una serpiente marina que devoraba un barco, con sus colmillos clavándose sobre la madera y destrozando el navío.

La joven pasó sus yemas sobre el jarrón que decoraba una de las esquinas, con las flores de color rojo que salían de su interior. Rozando con su piel el oro que enjoyaba las ilustraciones de conchas marinas del dibujo pintado sobre la cerámica. Acercó su rostro a una de las flores y estuvo un momento oliendo el aroma.

―Este lugar es una explosión de color y belleza―dijo maravillada por todo lo que captaban sus ojos marrones.

Nathair sonrió ante la alegría de su amada.

―Suelo pasar aquí el verano, por desgracia llevo sin venir varios años. Están reconstruyendo las habitaciones.

―Pero esta parece acabada.

―Así es, me han informado que ya les queda poco para terminar. El próximo verano podremos pasarlo aquí.

Melione sonrió de oreja a oreja y su corazón palpitó con la felicidad de ver a su pareja rebosante de alegría.

―Lo que más curiosidad me da es la serpiente marina del techo.

―Ah, es Farrnat. La diosa de las serpientes.

―¿Tenéis dioses? ―preguntó la joven castaña con expresión de sorpresa.

Se acercó a donde estaba sentada ella y se acurrucó cerca del trono dándole la mano y mirándola a los ojos.

―Cuéntame esa historia, me gustaría saber más de vuestro pueblo ―dijo mirándola desde abajo.

Sonrió ante sus palabras y la calidez de su voz. Su corazón se hinchó de amor por ella. Era un cambio grande en su amada, que había pasado de odiarla con toda su alma a querer interesarse por sus costumbres.

―Cuenta la leyenda que Farrnat y Ailigeadar formaron el mundo. Que desde sus entrañas salieron los primeros inmortales. Ambos dioses, Fannrat de las serpientes y Ailigeadar de los cocodrilos se amaban y vivían en perfecta armonía en el vasto océano. Hasta que un día nuestra amada diosa quiso explorar el mundo, quería ir a tierra firme y obtener más conocimiento. Ailigeadar se negaba, él vivía feliz con ella y su progenie en el océano y no necesitaba nada más. Ambos se pasaron una estación entera discutiendo día y noche hasta que nuestra diosa se cansó y fue a tierra firme.

Trono de escamas y almas perdidas [Legado Inmortal 1]Where stories live. Discover now