Capítulo 68: Temor

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Narrador Omnisciente

Confusión, curiosidad, temor, poder, eso es lo que Alexandra sentía en estos momentos luego de ver todas esas imágenes reproduciéndose en su cabeza como si de una película se tratase, sabía lo que se aproximaba, algunas imágenes no eran claras, pero sin lugar a dudas parte de su futuro era oscuro, habría dolor de nueva cuenta en su destino.

Dadas las circunstancias, creyó que sería mejor ocultar los objetos en otro lugar, debido a que creía con certeza que su padre los buscaría, y si ella los portaba, no dudaría en arrebatárselos, así que, que mejor que darle el beneficio de la duda y hacerle creer que no sabe nada de la profecía.

Mientras que Alexandra escondía los objetos, por otro lado, se encontraba un Snape bastante enojado y preocupado, mientras que Dumbledore se veía del todo tranquilo.

- Él vendrá por ella, y sabes que es cuestión de tiempo para que lo haga, no tardará demasiado, ¿y no piensas hacer nada al respecto? - exclamó Snape.

- No hay nada que pueda hacer Profesor, hemos preparado a Alexandra lo suficiente para cuando eso pase, ambos sabemos el poder que posee es demasiado y es capaz de controlarlo, además, tu podrás vigilarla, no estará del todo desprotegida, tendrá a su padrino con ella.

- Pero si ella...

- Si lo hace estaremos preparados - interrumpió Dumbledore como si este supiera a lo que Snape se estaba refiriendo.

- Es mi sobrina.

- Y sabes que es lo suficientemente inteligente, astuta y tiene todo lo necesario para sobrevivir.

Snape asintió, conocía el potencial de su sobrina, pero el temor de perder a la viva imagen de su hermana no dejaba de hacerse presente, era lo único que tenía, le hizo una promesa a su hermana, y sería una promesa que cumpliría, así se tuviera que poner a él mismo en riesgo durante el proceso las veces que fuese necesario.

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En las mazmorras se encontraba nuestro hurón, un tanto desanimado, puesto que aún no había tenido la oportunidad para poder hablar con su novia, o tal vez ex novia, para el los términos actuales de su relación no estaban del todo claros, lo cuál a decir verdad también le daba miedo, desde que Alexandra había llegado a Hogwarts, la vida de Draco pareciera que hubiese tenido color, antes únicamente su madre, así como Nott y Zabini, habían logrado animarlo durante sus días malos, pero la reina de Gryffindor tenía algo que ellos no, algo que Draco no podía describir a ciencia cierta que era.

Sentía que ello le daba plenitud, quien hubiera creído que el rubio oxigenado se iba a terminar enamorando por completo de "la sangre sucia", al parecer la frase de enemigos a amantes tiene sentido en sus vidas.

- ¿Has visto a Nott? - le preguntó Zabini al rubio, y éste negó con la cabeza - ¿sabes si le ocurre algo o está molesto conmigo?, los únicos momentos en los que lo veo fuera de las clases es cuando estamos los tres juntos, en las clases ya no se sienta conmigo, y en el gran comedor él se retira justo en el momento que yo llego.

Malfoy sumido en sus pensamientos, apenas había podido captar la mitad de lo que su amigo había dicho, solo entendió "Nott,  molesto, ya no se sienta, se retira justo en el momento que yo llego", levantó su mirada para poder ver mejor a su amigo.

- Si te soy sincero no tengo idea de a donde fue, pero posiblemente esté en la biblioteca,  o en el patio hablando con alguna chica - respondió, esto último pareció no agradarle del todo a su amigo, ya que apretó los labios, pero Draco apenas lo percibió.

Blaise, suspiró y se sentó a su lado.

- ¿La extrañas cierto? - preguntó.

- ¿A quién?

- Pues a Alexandra, ¿a quien más?, apenas han pasado unos pocos días, al parecer el efecto Lex es fuerte eh, si te dio duro.

- ¿Efecto Lex?- dijo extrañado Malfoy, enarcando una ceja mientras veía a su amigo.

- ¿Hoy tu cerebro está más lento de lo normal cierto? - dijo de manera burlona Zabini, lo que ocasionó que el rubio pusiera mala cara - ay es broma, sabes que es broma, pero sí, el efecto Lex, nunca habías pasado tanto tiempo sin ella y ahora que bueno no has podido arreglar las cosas con ella la extrañas más de lo normal, tienes la necesidad y las ganas de acercarte a ella y al no poderlo hacer aún, eso te hace querer hacerlo más y más, y además de que es por que la quieres, es porque ella causa ese efecto en ti, por todas las cualidades que tu ves en ella, así como defectos, pero como pareces tan enamorado, dudo mucho de que aún los veas.

- ¿Cuál es el punto de todo esto?

- El punto al que quiero llegar hurón es, ve y búscala - exclamó su amigo a manera de orden - toma tu escoba, sal por la ventana y ve por ella.

- Si y luego dejo que el castillo se inunde, ¿eres consciente de que - señala la ventana - si desaparezco  eso, el agua del lago negro entrará de una...

- Bueno, bueno, ya entendí tu punto, tal vez no fue la mejor idea, pero en mi cabeza sonaba mejor, no recordaba que dormimos en este agujero, pero mira la hora - Zabini señaló el reloj - dentro de poco, será tu turno de hacer patrullaje, si te miran puedes decir de excusa que vienes del campo de quidditch a guardar tu escoba, pero será totalmente lo contrario, estarás sacando tu escoba para ir a la torre de Gryffindor a la ventana de Alexandra, solo asegúrate de elevarte lo suficiente para que no te atrapen en el acto.

Draco sonrió, se puso de pie para comenzar a preparar las cosas.

- Eres un genio Zabini.

- Lo sé, me debes una rana de chocolate - su amigo lo vio enarcando una ceja - ¿qué?, la consulta no es gratis, bueno por esta ocasión sí, siempre y cuando Alexandra logré quitarte esa cara de amargado que has tenido durante este tiempo.


Alexandra Riddle (En pausa)Where stories live. Discover now