Alexandra Riddle (En pausa)

Capítulo 41: Incendio

Narra Alexandra

Veo una casa, la puerta está abierta, camino hasta ella y decido entrar. Hay muebles tirados por todos lados, portarretratos rotos. Subí las escaleras, hasta llegar a una de las habitaciones, se escuchaban voces provenientes de ella.

- ¡Entrégamela!

- ¡No esta conmigo! - gritó ella.

Willow, se encontraba tirada en el piso, apuntando su varita hacia el que al parecer era Tom, pero tenía un aspecto algo tenebroso, no era el mismo de las fotografías, me atrevería a decir a que luce como una serpiente.

- Willow dime, ¿qué ganas ocultándomela?

- La última vez que me la quitaste, la marcaste Tom, le pusiste la maldita marca y ella solo era una bebé. No dejaría que la reclutaras, así que preferí matarla antes de que lo hicieras.

- ¿Qué estupidez acabas de decir?, sabes que no es cierto, tú no serías capaz de asesinar a tu propia hija, que además te recuerdo que también es mi hija, yo decidí lo que sería mejor para ella. Por última vez, si me dices en donde está, te dejaré con vida, dime dónde está.

- No te engañes a ti mismo Tom, sabes muy bien que tú no puedes amar a nadie, ni siquiera tienes sentimientos, así que no trates de cubrirte diciendo que hiciste lo mejor para ella, solo tenía un año, no sabía nada de la vida, ni siquiera tenía uso de razón. Tenias miedo por eso le pusiste la marca, miedo a que ella llegara a ser más poderosa de lo que tú puedes ser, miedo a que ella sea la heredera elegida de Slytherin.

- Mientes, dime dónde está - Riddle se acercó a Willow poniendo su varita en el cuello de ella.

- Ella está muerta, puedes buscar sus restos en el cementerio si así lo quieres, pero ya te lo dije, preferí asesinarla, antes que dejarla caer en tus manos.

- Traté de ayudarte.

- Adiós Tom - exclamó Willow cerrando sus ojos.

- Avada Kedavra.

Un rayo salió de la varita de Riddle haciendo que Willow cayera instantáneamente al suelo. Estaba muerta.

Abrí mis ojos, estaba sudando y mi temperatura era fría, mire por la ventana y aún todo estaba oscuro, los rayos de la luna entraban por la habitación. No me había percatado de que algunas lágrimas corrían por mis mejillas.

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Estábamos en el gran comedor, desayunando, no había podido dormir de nuevo después de el sueño que tuve. Me senté en medio de Fred y George, frente a nosotros estaban Hermione, Ron y Harry.

- ¿Noche pesada enana? - preguntó George.

- Ni te imaginas - murmuré y recargué mi cabeza en su hombro - No pude dormir casi nada.

- ¿Por qué? - preguntaron Fred y George al mismo tiempo.

- Después les cuento.

Me senté derecha de nuevo. Llegaron lechuzas con el correo, mis padres me habían enviado una carta, pero la abriría después, por ahora solo quería desayunar y ver si más tarde tal vez podría intentar dormir algo.

- ¿Estás listo para mañana Harry? - preguntó Ron.

- Algo, esperemos que las branquialgas de Neville funcionen - murmuró.

- Tú puedes Harry, recuerda en el peor de los casos en donde ya no puedas salir del agua, solamente lanza un ascendio, ese funcionará para que salgas a la superficie al instante - exclamé.

El sonrió.

- Gracias Alexandra.

- No hay de que.

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Las clases habían terminado, caminé hasta llegar al patio y me senté debajo de un árbol. Tomé la carta que habían enviado mis padres, estaba a punto de abrirla pero alguien se sentó a mi lado, olor a menta, manzanas verdes y su muy distinguido perfume.

- Hola - exclamó Draco.

- Hola

- ¿Qué hacías?

- Bueno iba a leer una carta que enviaron mis padres, pero supongo que puede esperar, ¿tú?

- Vengo de las mazmorras, tienes ojeras, ¿no dormiste? - negué con la cabeza - ¿por qué?

- Dormí unas dos horas o una, pero tuve otro sueño relacionado con Riddle y Willow, él la asesinó, al parecer él marco de cierta manera a su bebé, no estoy segura de que manera pero necesito descubrirlo, y bueno Willow parece ser que asesinó a la bebé, creo que era niña. Willow dijo que no quería que Riddle reclutara también a su bebé, que prefirió asesinarla antes de que dejarlo hacer eso. Entonces el la asesinó y yo desperté, no pude dormir después de eso.

- ¿Y por qué no tratas de dormir ahora?, así cuando despiertes podrás ir a cenar y vuelves a dormir de nuevo. Si quieres duerme en mi habitación, así si sueñas con algo de nuevo, yo estaré ahí.

- Está bien, vamos.

Se levantó el primero, me extendió su mano ayudándome a ponerme de pie.

- Dame tu mochila.

Se la entregué y el la tomó para después entrelazar nuestras manos. Caminamos hasta entrar a su habitación.

- ¿En donde están Theo y Blaise? - pregunté.

- No lo sé, solo me dijeron que regresarían más tarde, - exclamó, caminó hasta una de las camas, acostándose en ella - ¿vienes?, yo también necesito una siesta.

Caminé y me acosté a su lado, me pegó a él haciendo que mi cabeza quedara sobre su pecho, entrelacé mi mano con la suya. Comenzó a acariciar mi cabello.

- Descansa, te despertaré para la cena - exclamó.

- Gracias.

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Regresé al sueño, Riddle ya no estaba en la casa, el cuerpo de Willow seguía tirado en el piso, pero de pronto escucho como alguien entra a la habitación, me giro para observar quien es, es Snape.

- W-willow, no, ¡No! - corrió hasta ella y la sostuvo abrazándola - cumpliré con nuestro juramento, la protegeré lo juro, no tendrás por qué preocuparte, ella estará a salvo. Descansa. - le dió un beso en su frente, para después recostarla con delicadeza en el suelo de nuevo.

Se puso de pie y caminó hasta un pequeño librero. Apuntó su varita en el.

- Revelio.

Y entonces la apariencia real de ese pequeño librero, apareció, dejando ver a una pequeña bebé, en una pequeña canasta. Snape la tomó y salió de la casa, yo lo seguí. Apuntó su varita ahora en dirección a la casa. Soltó un pequeño sollozo, sus ojos se veían cristalizados.

- Incendio.