A Lord Voldemort lo engañaron acerca de su hija, a Alexandra Riddle le ocultaron sus orígenes.
Cumplidos los 14 años Alexandra descubre que sus padres muggles en realidad no son sus padres, y el mundo en el que creía vivir en realidad es más grande...
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Narra Alexandra
El resto de las vacaciones salimos un poco, desde la fiesta, no volvimos a ver a Cedric y a Cho. Los chicos ya estaban enterados de mi relación con Draco, les había enviado una lechuza, tal como les prometí.
Era hora de que regresáramos a Hogwarts, el señor Douglas terminó de subir nuestro equipaje al auto. Mis padres y Mattew estaban con nosotros, debíamos despedirnos.
- Alexandra, recuerda, si Malfoy te llega a lastimar, tú solo envíame una carta e iré a Hogwarts por él o le enviaré a los gemelos - exclamó Mattew en mi oído, durante nuestro abrazo.
- Te lo haré saber Mattew, no te preocupes - reí - y por favor, cuida a mis padres por mí. Les estaré mandando cartas cada semana, a ti también.
- Claro, mis padres y yo continuaremos viniendo con ellos en las tardes a tomar el té, yo te mantendré al tanto de todo lo que ocurra.
- Gracias - exclamé, el asintió, yendo a despedirse de los chicos.
Así que yo caminé hasta donde estaban mis padres.
- Madre, te extrañaré, por favor cuídense mientras yo no esté, regresaré para vacaciones de pascua - murmuré para abrazarla, nos separamos del abrazo - Padre, a ti también te extrañaré, volveré pronto, así que no quiero que se sientan tristes en mi ausencia, Mattew vendrá con ustedes a tomar el té junto a sus padres todas las tardes, les enviaré cartas cada semana, poniéndolos al día. Los amo.
Mi padre me abrazó fuertemente.
- Nosotros te amamos a ti cielo, tú también cuídate, ¿de acuerdo? - exclamó mi padre, abrazándome y yo asentí - aunque digan que tu colegio es el lugar más seguro del mundo, nunca está demás tener precauciones, y si Draco te hace daño también envíame una carta, aunque no creo que lo haga, ya tuve una conversación con él.
Lo miré confundida y mi padre solo rió.
- Tu padre solo bromea hija - murmuró mi madre.
- Oh no, no estoy bromeando, pueden preguntarle ustedes mismas - respondió mi padre sonriendo.
Después los chicos se acercaron comenzando a despedirse.
- Muchas gracias por recibirnos en su hogar - exclamó Theo, vaya que formal. Estrechó la mano de mi padre y mi madre lo abrazó.
- Sí, muchas gracias, señora Evans tengo que decirle que - murmuró Blaise, pero mi madre lo interrumpió.
- Llámame Elizabeth por favor - exclamó.
- Elizabeth, tengo que decirle que cocina magnífico, ahora entiendo cómo es que Alexandra cocina tan bien - exclamó Blaise sonriendo.
- Gracias, - murmuró mi madre sonriendo - cuando gusten pueden regresar, son bienvenidos.
