Capítulo 67: Lumos

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Narra Draco

- ¿Has visto a Alexandra? - pregunto a Zabini cuando entro al Gran Comedor, éste asiente.

- La vi con Theo en el pasillo hace un momento, tal vez siga con él - exclama y tomo una manzana dirigiéndome a la salida.

- Te veo en clase - digo antes de salir, busco con la mirada a Lex, me encuentro con todo tipo de alumnos menos con ella, tampoco están las fotocopias, la comadreja, cara rajada, ni siquiera la sangre sucia.

- ¿Aún no la encuentras? - pregunta Zabini llegando por detrás, dándome un pequeño empujón, niego - Oh, ya lo recordé, tal vez se fue con los Weasley - dice como si nada y frunzo el ceño - ¿no lo escuchaste?, es el chisme del día, dicen que al parecer el padre de los Weasley fue atacado, tal vez Alexandra se fue a dar apoyo.

Suspiro y pasó una mano por mi cabello desesperado, aún no he podido hablar con ella y no puedo dejar las cosas así.

Me dirijo a las mazmorras cuando me encuentro con ella en el camino, está leyendo el diario de su madre.

Apresuró el paso para llegar hasta donde está ella, pero Snape aparece y le dice algo a Lex, ella asiente y se pone de pie siguiéndolo.

- ¿Y?, ¿pudiste hablar con ella? - pregunta Nott a mi lado, me giro y lo veo alzando ambas cejas.

- ¿Crees que si hubiese podido hablar con ella tendría esta cara? - le digo y el rueda los ojos.

- Con un no era suficiente - exclama - pero tranquilo, ya encontrarás la manera de poder hablar con ella, ve el lado bueno, está en Hogwarts, si se hubiera ido con los Weasley otra historia sería.

En eso tiene razón, si ella se hubiera ido del colegio ni siquiera tendría alguna oportunidad de hablar con ella en persona, las vacaciones están cerca, así que quiero resolver las cosas antes de que eso pase.

Narra Alexandra

Sigo a mi padrino hasta llegar al salón en donde por las tardes entreno, los últimos días había entrenado más que nunca, intentaba concentrarme más en el entrenamiento para evitar que las imágenes de Draco con Greengrass volvieran a mi mente.

- Tu padre está recuperando fuerzas - exclama Dumbledore, apareciendo en el lugar - lo queramos o no, el encuentro entre ustedes dos será algo inevitable, así que es mejor que estés preparada.

- ¿De cuánto tiempo estamos hablando? - pregunto viéndolos a ambos.

- Semanas o tal vez pocos meses, espera poder entrenarte para que estés de su lado y así asesinar a Potter, para luego asesinarte posiblemente a ti - responde Snape.

- Lo cuál nos lleva a lo siguiente - continua Dumbledore - dime Alexandra, en todo este tiempo, ¿has notado algo que llame tu atención en esta habitación?

Lo miro con el ceño fruncido confundida, y miro detenidamente cada rincón del salón, pero hay algo que capta mi atención, en una de las paredes, hay dos S, encontradas, son dos serpientes, es como si estuvieran talladas en la pared, me acerco y lo observo con atención.

- ¿Qué es esto? - pregunto viendo a mi padrino y al director.

- Debes averiguarlo tú sola - responde Dumbledore - Snape, es momento de retirarnos, esto debe hacerlo sola.

- Pero, ¿a qué se... - comienzo a decir pero al girarme me doy cuenta de que se han ido - detesto cuando hacen eso.

Veo de nuevo la pared, buscando algo que le pueda ayudar, continuo así por unos 15 minutos, hasta que finalmente lo veo. Otra serpiente de manera horizontal y arriba de ella está la siguiente frase grabada.

"Aquel que sea digno y heredero podrá pasar, lo que estas paredes han de ocultar, el gran poder que se le ha de otorgar, y el gran peligro que se desatará, proteger el legado será su responsabilidad, aquel que desee el lugar profanar sin haber sido elegido, consecuencias tendrá"

Leo en voz alta y en ese momento, veo como las dos serpientes en forma de S comienzan a moverse dando lugar a un arco de piedra, removiendo la pared, veo atrás y me aseguro que de no haya nadie, para luego adentrarme.

- Lumos - exclamo con mi varita en mano y está enciende la luz tenue en la punta, continuo avanzando.

El lugar es oscuro, en las paredes veo más serpientes talladas, hay unas escaleras así que comienzo a descender por ellas con cuidado, son de caracol, y entonces, veo como las antorchas que había a cada lado de las paredes, comienzan a encenderse con una llama de color verde.

Al parecer he llegado al destino, es una especie de habitación o salón, bastante grande y en el centro hay una estatua de... ¿mí?

Esperen un momento, me acerco a un mas detallando bien al monumento, y efectivamente soy yo, pero hay algo que se ve diferente, en la mano porto un anillo, bastante grande, y este está envuelto por una serpiente, todo es de piedra, miro el resto de la habitación y veo qué hay serpientes de esmeraldas incrustadas en las paredes.

Continuo caminando, y entonces veo una especie de capa, es verde, está en una especie de maniquí de piedra, este en la cabeza parece tener una tiara, la cual son como serpientes enrolladas, con esmeraldas, veo el pecho del maniquí y miro qué hay una especie de agujero, con una serpiente de esmeralda dentro, parece como si su reflejo con el fuego iluminara algo al otro lado de la habitación, sigo el destello y entonces lo veo, el anillo.

Voy hasta donde está y decido ponérmelo, y en ese preciso instante, la serpiente del anillo parece convertirse en una real, poniendo sus afilados colmillos en mi dedo, aprieto los labios del dolor, es una maldita serpiente de plata, mil imágenes comienzan a pasar frente a mis ojos, como si fuera una película, y entonces, lo entiendo todo.

Alexandra Riddle (En pausa)Where stories live. Discover now