Así Son Las Cosas [Así somos #1] ✔️

57. Nick, ¿tú la invitaste?

Los últimos días han sido una maravilla. Nick no ha parado de sonreír desde que lo conocí. Ahora no hemos tenido pelea alguna y quiero que siga así. Raúl se ha puesto un poco borde conmigo en estos días, sé que nuestra "amistad" se ha ido al traste; tengo que hablar con él respecto a mi relación con Nick, pero me da miedo que lo primero que salga de mi boca sea: <<Estoy saliendo con Nick>>

Ni idea de cómo se lo vaya a tomar.

Despejo mi mente de él. Ahora voy en el auto con mi chico, me ha invitado a cenar a su casa. Me da miedo que su madre o padre se molesten por mi intromisión, pero él asegura que a ellos no les interesa.

– ¿Estás bien?

– Sí.

– ¿Segura?

– Sí.

Veo por el rabillo del ojo que frunce el ceño, pero no le digo nada.

Cuando entramos por la puerta me sorprende el aroma a pasta y a salchicha por toda la casa. Mis papilas gustativas toman el mando cuando trato de imaginarme el aspecto completo de la comida.

– Hola hijo. –nos saluda Regina desde la mesa del comedor.

– Hola ma.

– Hola Señora Bonnet –digo tan rápido por los nervios que tengo de verla.

– Meli –me dedica una sonrisa espléndida–. Qué grato verte linda. Hace tiempo que no te veíamos por aquí.

Me da un abrazo amistoso y lo respondo gustosa. Ojalá Carolina se pareciera más a ella, ahora está obsesionada con mi supuesto "sobrepeso", yo no tengo nada de malo; tengo curvas, pero no demasiadas para llamar la atención. Bueno, la atención de Nick es la única que me interesa.

Cuando finalmente se separa de mí me pregunta:

– ¿Vas a quedarte a cenar?

– Sí –responde Nick.

– ¡Qué alegría! –su sonrisa de perlas me recuerda un poco a la de Daniela.

No se molestó conmigo, la de sorpresa que me lleve, creía que iba a estar enfadada. No me cabe duda que a ella es a la única que le agrado. Bueno, también está Carlos, pero su marido no es muy amable, no al menos como lo es Regina.

Una presencia se aparece al bajar por las escaleras.

– ¿Nick tú la invitaste? –pregunta Daniela en tono quejumbroso.

¿Tenía que estar ella aquí? Sé que está es su casa, pero se comporta como la dueña que maneja todos los hilos de sus parientes.

Por la cara que pone Nick, sé que piensa lo mismo que yo al ver a su media hermana.

– Sí. ¿Algún problema? –pregunta en un tono borde. No lo reprendo.

La cara blanca sin granos de su hermana pasa a ponerme los ojos en blanco cuando pasa a tomar asiento. A Daniel se le ilumina la cara al verme, pero la apaga en cuanto ve a su hermano. Gabriel me mira de arriba abajo al pasar por mi lado sin decirme nada y el Señor Bonnet me sonríe y me saluda cortésmente con un apretón de manos.

No veo a Lucía, eso me calma un poco los nervios. Ahora que Nick y yo estamos juntos, no le veo el caso a tenerle celos; ella siempre se acuesta con todo mundo, así que no me voy a preocupar, Raúl la protege dice constantemente que es su novia, pero eso yo no me lo trago.