38. No lo conoces como nosotras

66 7 0
                                    

Al final me he quedado dormida. Tengo a Nick con sus ronquidos en mi oído, se me hace raro escuchar a otro ser humano roncar tan cerca de mí, nunca me había pasado. Nunca me he quedado dormida con nadie.

Mi celular vibra en mi overol rojo.

Busco medio atontada la falda con bolsillos antes de que Nick se despierte, quiero apagar el ruido que no me deja descansar. Intento liberarme de los brazos de Nick y al segundo intento lo consigo.

Reviso el nombre que marca mi celular. Es Sarah.

Quiero colgar, pero debe llamar para asegurase de cómo estoy. Me encierro en su baño para no despertarlo con mi llamada.

– Hola.

– ¿Hola?... ¡Meli! ¡Qué gusto que estes bien!

– Estoy bien.

– Perdóname, hija. De verdad que lo siento, mucho.

– Lo sé. –Quiero cortarla antes de que empiece a llorar.

– ¿Dónde estás?

– Sigo en la fiesta.

– Pero sí son las tres de la mañana, hija. ¿Qué haces?

– Me dormí en una de las habitaciones –me limito a responder. Omito mi encuentro íntimo con Nick por razones obvias.

– ¿Estás con él?

– ¿Cómo?

– Con él... Nicolás – ¿Me está susurrando a través de la línea telefónica?

– Ese sería mi asunto. ¿No cree? –No quiero ser grosera con Sarah, pero en realidad es mi asunto, ¿no?

– Meli, no lo conoces como nosotras. En verdad, debes de preguntarle...

Escucho a Sarah hasta el punto en el que Carolina se le acerca. Le dice: <<Raúl ya está consciente.>> Eso me tranquiliza.

– ¿Con quién hablas?

– Con Meli.

– Dile que no vamos a estar en casa hasta mañana en la noche.

La oigo partir y decirle a lo lejos a un doctor sobre las alergias de Raúl.

¿Están en un hospital?

– ¿En dónde están?

– Raúl no paraba de vomitar, y Carolina se preocupo muchísimo, así que nos desviamos...

– A un hospital –termino la oración.

– Meli.

– Estaré en casa muy pronto –le aseguro.

– En verdad lo siento.

Ya no tengo ganas de hablar con ella, creo que quiero volver a la cama con Nick. Una vez que termina de decirme lo mucho que lo siente, corto la llamada.

Me tomo un momento antes de salir del cuarto de baño. Nick le dijo a Juan Carlos que soy: <<suya>>. Aunque sólo debió decírselo por el calor del momento, o solamente para demostrar algo, o simplemente porque quería protegerme y no se le ocurrió nada mejor que decir. Sea como sea, no creo que Nick me considere suya. Me defendió porque era lo correcto y porque lo necesitaba, yo lo necesitaba. Pero hace rato me dijo que no se estaba aprovechando de mí, e incluso compartimos más de dos momentos de intimidad. Todo es tan confuso a mi vista y estar encerrada en el baño no me ayuda mucho.

Compartimos muchas cosas en este corto tiempo que llevamos de conocernos. Admito que lo extraño cuando no lo veo, y que cuando está a tan solo unos metros, mi corazón palpita a un ritmo ilimitado. Creo que me gusta Nick, pero: ¿Yo a él, le gusto? No tengo idea.

Quiero que siga durmiendo hasta que sepa qué contestar cuando esté despierto. Me gustaría darme una ducha, pero no tengo nada de ropa aquí, ni mis cosas de baño. Además, no me fío mucho estando Nick a tan solo unos metros de mi cuerpo desnudo. No me haría nada, yo lo sé. No pienso que Nick sea un chico que se aproveche de las chicas. A lo que me refiero es que es probable que le pida que se meta conmigo y que cumpla una de mis fantasías más sucias.

Me gustaría quedarme a dormir; pero tengo que volver. Quizás pueda irme antes de que despierte, dado que no sé cómo comportarme una vez que se despierte.

Pero sólo son las tres de la mañana, así que es probable que así sea.

Cuando salgo del baño, voy de puntillas hasta llegar a mi overol rojo. Me abrocho los botones con rapidez y después me pongo las botas. Me siento en la cama para verlo más de cerca. Es perfecto, jamás creí que una persona podría verse tan bien estando dormida. Es increíble que lo reconozca, pero en verdad me gusta.

Atisbo un parpadeo nervioso que me lleva a pensar que está a punto de despertarse. Termino de vestirme a la velocidad de la luz cuando se rasca los ojos antes de abrirlos.

Me regala una de sus hermosas sonrisas con ese colmillo que me encanta.

– Buenos días, princesa. –La voz de Nick es perfecta estando en la noche.

– Buenos días –le respondo.

El hecho de que me llame: princesa, ya me supone un buen día. A pesar de que apenas son las tres de la mañana.

– ¿Qué haces? –me pregunta al verme vestida.

– Tengo que irme.

– ¿Por qué?

– En primera: no tenía permiso de salir. En segunda: porque es obvio que Carolina se molestó al verme contigo.

– Eso te preocupa. –Parece que la situación le hace gracia.

– Dos de tres...

Escucho que la música resuena en las paredes, al parecer la fiesta sigue y nosotros ya nos habíamos quedado dormidos. Son las tres de la mañana, ¿cómo puede seguir una fiesta?

– ¿Te quieres ir? –pregunta en un tono que nunca lo había oído expresar. Parece triste.

– No –le soy sincera. Su cara vuelve a ser la de antes–. Pero tengo que regresar a casa.

– Bien –responde a modo de rendición.

Creo que tenía la impresión de que me quedaría. La verdad sí quiero seguir tumbada con él, pero ahora no es buen momento. Mañana haré planes para nosotros.

Se le ve decaído, e incluso tiene la vista puesta en el libro de citas.

Quiero que quite esa cara, no me gusta.

¿Y si lo beso? ¿Se molestara? Da igual, porque yo quiero hacerlo.

Me aventuro a buscar sus labios. No lo beso de boca abierta porque no sé hacerlo del todo bien; pero a él se le da genial y personalmente no lo quiero arruinar.

Noto que curva sus labios hacia arriba, mucho mejor. No tengo idea de cuánto tiempo pasa hasta que nos separamos y volvemos a encontrarnos. Me recoge las mejillas rojas y yo hago lo mismo con las suyas, mis brazos pronto buscan rodear su cuello.

Me rio por lo bajo cuando pasa su lengua por mis labios. Se detiene para analizar mi rostro. Él me mira y sonríe, yo lo miro y me sonrojo. Me besa justo en la punta de la nariz y yo me sofoco por un gesto tan dulce.

– Te llevo a casa.

– Ajá...

Ya hasta se me había olvidado que tenía que correr.

Así Son Las Cosas [Así somos #1] ✔️Where stories live. Discover now