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Nayeon no había podido despegar su mirada de Wendy durante toda la noche. Claramente era una chica popular, las mujeres se le acercaron durante toda la noche y Nayeon dejó que ella se les acercara a las chicas también. Jamás le gusto ahogar a la otra persona, después de todo no estaban saliendo. Se habían besado de vez en cuando, pero no había querido cruzar la línea sexual. No se sentía lista, al menos no como ella creía.

-¿Por qué me miras así? – le preguntó Wendy.

-Muchas mujeres se te acercan.

-Siempre es así, estoy segura de que me reconocen.

-¿Por qué trabajas con celebridades?

-Sí, muchas de ellas solo quieren darme su email o mostrarme algún video de ellas bailando o cantando.

-Debe ser agotador.

-Sí, pero también te pido disculpas, esta noche se supone que es nuestra – Wendy abrazó las caderas de Nayeon y acercó su cuerpo al de ella – te ves preciosa esta noche.

-Lo sé, fue lo primero que me dijo al mirarme al espejo.

-Realmente eres hermosa Im Nayeon.

-Gracias, hoy día no te quedas atrás – Nayeon abrazó el cuello de Wendy – he intentado darte todo el tiempo del mundo para que hagas tus cosas, pero creo que ahora es suficiente. Esas mujeres pueden esperar.

-Sí, claro que sí.

-Ahora te quiero sólo para mí.

-La noche es nuestra Nayeon, toda nuestra.

La pareja se unió en un beso lleno de lujuria mientras la música, el humo, el sudor comenzaba a envolverlas. Nayeon no se sentía tan cómoda hace años, una parte de ella no podía dejar de pensar en que, si estaba haciendo mal, pero después de algunos segundos decidió alejar esos pensamientos y disfrutar de las manos de Wendy que vagaban por su cuerpo.

6 meses después

Eunbi había vuelto a ver a Yena muchas veces después de que se encontraron en la calle hace 6 meses atrás. Extrañamente, la chica iba 3 veces a la semana, se sentía casi una excusa y hoy día no era diferente. Yena había vuelto a ir.

-Hola.

-¿No crees que vienes mucho? – Yena se sorprendió.

-¿Te molesta que venga?

-Si sigues comiendo tanto dulce te vas a terminar enfermando.

-No compro todo para mí.

-Bueno, me da lo mismo. ¿Qué es lo que deseas? – Yena miraba el rostro de Eunbi seriamente - ¿Qué? ¿Tengo algo en la cara?

-Soñé contigo hace una semana y desde que pasó, pasa todas las noches – Eunbi se sorprendió – es... es el mismo sueño una y otra vez, una y otra vez.

-Lamento eso.

-No sé que hacer con esos sueños, así que me levanto y vengo todas las mañanas para encontrar respuestas, pero no puedo encontrarlas.

-Son solo sueños, no le prestes tanta atención.

-¿Son solo sueños? – Eunbi la miraba – porque se sienten real, se sienten como si ya nos conociéramos hace años, como si lo que estuviese viendo en mis sueños fueran recuerdos.

-Claramente recuerdos no son, tú y yo no nos conocemos – Yena sabía eso, lo entendía, pero algo dentro de ella le decía que no podía aceptarlo – agradecería que no vinieras tan seguido a no ser que consumas o lleves para consumir a otro lado.

Entre dos MundosWhere stories live. Discover now