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Sana había llegado al departamento a la hora de almuerzo. Ambas chicas almorzaron juntas mientras veían un documental con el que Momo estaba demasiado enviciada. La estudiante de medicina no podía dejar de observar los pequeños gestos que dibujaba sobre su rostro mientras reaccionaba al documental. De repente la pelirroja pensó que podría mirarla toda la vida y no se aburriría, que le gustaba estar con ella y disfrutar incluso de los momentos de silencios.

Cuando el documental terminó ambas chicas decidieron hacer una siesta, era la primera vez que Sana estaba en la misma cama con Momo, pero la bestia no hizo absolutamente nada más que abrazarla y dejar pequeños besos en la parte posterior de su cabeza. Cuando Sana despertó noto inmediatamente que el lado derecho de la cama estaba vació. Se estiró dejando escapar un gemido y se levantó con dirección al primer piso. Apenas abrió la puerta del cuarto de Momo, sintió como millones de aromas entraban por sus fosas nasales.

-¿Despertaste? – Momo se había cambiado de ropa, solo llevaba un buzo y una sudadera, era un look casual, pero se veía demasiado sexy.

-Lo siento, la semana de exámenes finales es en dos semanas y he estado tratando de adelantar trabajo.

-Lo sé – Momo volteó para mirar a Sana – fui profesora de esa universidad.

-¡Oh! Claro, se me había olvidado – Sana caminó hasta la tabla con diferentes tipos de fiambres, quesos, carnes y snacks que Momo había preparado – esto está delicioso – la profesora de danza sonrió - ¿Cómo dormiste?

-Bien, la verdad es que no había dormido así de bien en mucho tiempo.

-Tomaré eso como un alago.

-Lo es.

-¿Qué estás cocinando?

-Nada muy sofisticado, sólo es pasta con mariscos.

-Mmm ya me dio hambre.

-Esto estará en algunos minutos, si gustas puedes ayudarme a colocar la mesa.

-Claro que sí preciosa.

Sana colocó la mesa sin dejar de mirar a Momo, por su cabeza pasaban un montón de cosas. Especialmente, se le era imposible no imaginar que ya hicieron este tipo de cosas miles de veces antes en otras vidas, pero Sana ni siquiera se acordaba de eso, aun así, todo era muy familiar.

-¿Sabes que aún puedo leer tu mente aunque sea por leves segundos verdad? – la pelirroja sólo sonrió.

-Lo siento.

-No lo sientas, no está mal tener todas esas dudas – Momo tomó una botella de vino blanco y la vació en dos copas – siempre nos gustó cocinar juntas, si te lo estás preguntando – Sana sonrió – siempre solía cocinar yo, aunque a veces también te gustaba hacerlo, debo admitir que cocinas muy bien.

-Supongo que la siguiente cena es en mi departamento.

-Supones bien.

-Anda sentémonos a comer.

Las chicas se sentaron una frente a la otra mientras comían y se reían. Sana le contó lo que había ocurrido con Chaeyoung y Tzuyu. Momo se mostró algo sorprendida, porque sabía perfectamente que Dahyun andaba con Chae, pero de todas formas dejó entrar a Tzuyu en su vida, ella no solía ser así, siempre fue cuidadosa, pero supongo que las cosas cambian después de cierto tiempo.

-¿Sana?

-Dime.

-Realmente soy muy feliz contigo, con estas pequeñas cosas. Me llenan el corazón.

-Tierna.

-Pero quiero más que esto sabes.

-¿Qué significa eso?

Entre dos MundosWhere stories live. Discover now