000

436 52 6
                                    

Sana tenía una clase más a la que asistir. Amaba los lunes, su horario era cortísimo y eso le dejaba todo el día para ella y agendar clientes. Pero hoy día no sería el caso. Su clase había terminado antes de lo previsto, al parecer ninguno de sus profesores tenía ganas de hacer clases hoy. Cuando iba por la mitad de la clase, se dio cuenta que Nayeon no estaba presente, y estaba segura de que la había visto anteriormente en el jardín de la facultad cuando hablaba con Momo.

Después de los que fueron sus 45 minutos más largos de la vida, la clase había terminado, tomó su celular y le marcó a Chaeyoung, pero no contestó, cortó y marcó a Jihyo.

-¿Sana?

-Hola.

-¿Qué ocurre?

-Nada, mi clase terminó antes de lo previsto ¿Dónde estás?

-Mi clase también terminó antes ¿Almorzamos juntas? Me queda una clase más a las 2.

-No es mala idea, te confirmó, tengo que llamar a alguien más.

-Chaeyoung me dijo que no podía quedarse, tenía cosas que hacer.

-No importa, seremos las dos.

-Estaré en el comedor.

-Ok.

La chica de cabello rosado cortó el celular, buscó el número de Nayeon y marcó. El teléfono sonó una, dos y contestó.

-¿Por qué me estas llamando?

-Hola para ti también. ¿Por qué no entraste a clases?

-¿Por qué te importa? – Sana notó que algo había pasado.

-¿Qué pasa?

-Nada, no sé de qué hablas.

-Te conozco Nayeon.

-Me conocías Sana, me conocías. Ahora dime que es lo que pasa.

-La clase ya terminó.

-¿Me quieres pasar tus apuntes? Tierna, pero no lo necesito.

-Quiero que trabajemos en el portafolio – Nayeon notó que se le había olvidado por completo esa tarea – al menos terminar 3 patologías.

-¿No tienes que trabajar? – Sana sonrió al escuchar a Nayeon llamarle trabajo a lo que hacía y no prostitución.

-Cancelé todo Nayeon, necesito tener buenas notas al principio de semestre.

-Claro, ¿Dónde estás?

-Iré al comedor a almorzar con Jihyo, te puedes sumar si lo deseas.

-Claro, no tengo problema.

-Chaeyoung no está.

-¿Por qué me cuentas eso?

-Sé que ella y Tzuyu terminaron y no de muy buena forma, no quería que ninguna de las dos se sintiese incomoda.

-Gracias por tu consideración.

-Idiota.

-Nos vemos en 15 minutos.

-Nos vemos.

Sana cortó la llamada y caminó hasta el comedor con el gorro de su polerón sobre su cabeza mientras escuchaba música. Si había algo que a Sana le gustaba y disfrutaba, eran sus momentos de soledad con ella misma. Había estado toda su vida sola y se había hecho una rutina, al principio dolorosa, pero después, completamente llevadera.

-Disculpa – la chica de cabello rosado sintió como alguien le quitaba su audífono derecho.

-¡Hey! ¿Por qué me tomas del brazo así? – Sana levantó la cabeza y se sorprendió al ver a Mina – yo... lo siento... no sabía que era usted.

Entre dos MundosHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin