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Im Nayeon se había comprado un pequeño departamento de dos cuartos y dos baños. Era consciente de que ganaba dinero y que, si quisiera, podía estar viviendo en una mansión, con chofer, guarda espalda, pero nada de eso la llenaba. Cuando terminó la universidad decidió recorrer algunos países y desaparecer del radar de la gente durante algunos meses, pero ni siquiera se dio cuenta de cuando los meses se convirtieron en años, y así estuvo durante 5 años. Sobrevivía haciendo abogada en las diferentes ciudades en las que se quedaba. Ahí se dio cuenta de que de podía vivir de manera humilde y administrar mejor su dinero.

La abogada estaba en suiza cuando el email de Jihyo le llegó. La verdad es que no estaba sorprendida. Jennie, Tzuyu y Sana eran las que más veces habían intentado que respondiera un maldito email, pero Nayeon no podía, por el simple hecho, de que no estaba bien. Sabía que el tema de Mina no estaba del todo sanado, que aun la extrañaba mucho y que aún, son más noches de lágrimas que de alegrías las que pasa. Nayeon decidió que eso debía cambiar y mientras no cambiase, no vería a ninguna de las personas que le hacían recordar a la chica de sus sueños.

-¿Por qué estás tan sola? – Nayeon estaba en la terraza del restaurante prendiendo un cigarrillo - ¿Desde cuándo fumas?

-Bueno, que pesada estás con las preguntas – Sana sonrió y se acercó a su mejor amiga para sacar un cigarrillo de su cajetilla - ¿Desde cuando fumas?

-Desde la segunda noche que pasé sin Momo – la pelinegra sintió una leve molestia en el pecho, se sentía raro tener frente a ella a la única persona que sería capaz de entender sus emociones con respecto a ese tema - ¿Me prestas el encendedor? – Nayeon prendió el encendedor y se acercó a la boca de Sana para encender el cigarrillo – gracias.

-¿Cómo has estado?

-No tan bien como tú, te ves en forma. Creí que estarías peor.

-Bueno, eso no quiere decir que no lo haya estado.

-Te he extrañado.

-¿Qué son esos ojos?

-¿Qué ojos?

-Sana... no coquetees conmigo.

-Lo siento no lo he podido hacer en años.

-Lamento haberte dejado sola.

-Al principio fue fuerte, pensé que pasaríamos por todo eso juntas, pero me di cuenta de que necesitabas tu espacio, pero jamás imaginé que tu espacio serían 5 años.

-No sabes todas las cosas que he tenido que pasar para poder llegar a esta reunión sin sentir que las rodillas me tiemblan.

-Créeme, sé de lo que hablas.

-¿Qué te parece Jisoo?

-Es chistosa, la verdad es que es una nerd.

-Sí, es una maldita nerd.

-Pero supongo que Jennie es feliz con ella.

-Sí, sí lo es. Al menos me he dado cuenta de eso cuando leo sus correos.

-¿Te escribió de ella?

-Sí, debo admitir que me sorprendí cuando su nombre comenzó a aparecer en sus correos, pero después me di cuenta de que realmente le estaba dando una oportunidad.

-Es valiente.

-Siempre lo fue.

-¿Cómo has estado Nayeon?

-Creí haberte respondido eso.

-Nayeon...

-Aún la recuerdo, supongo que lo haré siempre por mucho que me esfuerce en no hacerlo, siempre está. Desde que me levanto hasta que me acuesto. También asumo mi culpa de que soy muy consciente aún de todo lo que compartimos, de todo lo que vivimos y que no puedo no verla en todo aquello que en algún momento fue nuestro. Especialmente desde que estoy en Corea. Lo primero que quise hacer fue ir a la playa, volver a besarla de la forma en la que lo hice ese día, pero por más que lo deseé e incluso recé jamás aparecer, ni siquiera en un sueño. Supongo que su castigo fue fuerte o si no, no me lo explicaría.

Entre dos MundosNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ