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Jihyo había llegado a un día más de clases normales sin haber dormido más de 5 horas en total el fin de semana. Por su cabeza no había nada más que Jeongyeon y las palabras que le dijo ese día volvían a repetirse como idiota al interior de su cerebro, incluso soñó con ella. Estaba segura de que todo lo que Jeongyeon le dijo ese día era imposible. Ella no podía ser un ángel caído del cielo con una misión de encontrar al amor de su vida, claro que no podía. Esas cosas no ocurren en la vida real.

-Hola – de repente, sin darse cuenta, frente a ella estaba Jeongyeon.

-¿Qué haces acá?

-Vengo a clases – Jihyo miró a Jeongyeon de pies a cabeza y notó el bolso de su clase de danza – y también quería hablar contigo.

-No tenemos nada que conversar.

-Yo creo que sí.

-Mira, no sé que es lo que esté pasando por tu cabeza o que es lo que creas, pero tu y yo... eso... eso no va a pasar.

-¿Por qué no quieres o por miedo a tus padres? – Jihyo se quedó en silencio – ellos siempre nos arruinaron en todas las otras vidas en las que coincidimos, no dejes que te hagan lo mismo en esta, no cuando sólo tengo 14 días.

-¿14 días?

-Te lo explicaré si aceptas almorzar conmigo.

-Eso no pasará, ya te dije.

-Por favor – Jeongyeon la interrumpió acercándose aún más al cuerpo de la futura abogada – solo un almuerzo.

-No soy lesbiana.

-Está bien, entonces dime que deje de buscarte y que me vaya.

-¿Irte?

-Sí, desaparecer de tu vida, que no vuelvas a verme y que puedas seguir la vida como tus padres deseen.

-Esto no...

-Por favor, me vas a decir que no te obligaron a salir con Daniel acaso – Jihyo estaba en shock – sé que lo hicieron, porque siempre lo hacen, no importa el año en el que nos encontremos, siempre lo hacen – Jihyo sólo podía mirarla – pasé años de mi vida tratando de sacarte de ese circulo vicioso, pero siempre fuiste tan débil, incluso en esta vida lo eres – el ángel hizo una pausa – que te vaya bien en tus clases Jihyo, yo iré a las mías.

-Espera – la abogada tomó el antebrazo derecho de Jeongyeon - ¿Por qué hablas con tanta soltura de mi familia?

-¿En serio estás preguntando?

-No puedo creer esa estupidez de que eres un ángel caído del cielo.

-¿Necesito demostrártelo?

-Sí.

-No tengo muchas energías y cada día que pasa pierno mis poderes, pero lo intentaré.

-Muero de ganas de ver como fracasas.

Jeongyeon sólo sonrió irónicamente, dejó su bolso en el suelo y de un momento a otro, toda la gente que caminaba alrededor de ambas chicas se detuvieron. Habían más de mil personas en ese momento a la entrada de la universidad y ninguna se movía. Jihyo comenzó a mirar todo a su alrededor y de repente las flores de los árboles que la rodeaba comenzaron a botar sus hojas y flores. Iban directamente hacia ella y Jeongyeon, se sentía como si las flores las abrazaran a ambas y fue entonces, cuando Jihyo pudo mirar nuevamente a Jeongyeon a los ojos y darse cuenta de que no estaba mintiendo, pero también notó lo cansada que estaba.

-Detente – Jeongyeon lo agradeció. Apenas se detuvo, todo volvió a la normalidad y Jeongyeon se veía mareada – Te vas a desmayar – Jihyo corrió para que las manos del ángel pudieran aferrarse a ella y alcanzar a llegar a una banca, ambas chicas se sentaron en completo silencio - ¿Por qué estás perdiendo tus poderes?

Entre dos MundosWhere stories live. Discover now