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Mi madre noto que no me sentía del todo cómoda en la fiesta, así que decidió salir de ahí junto conmigo, después de pedir disculpas a Baek y a su madre por no poder quedarme hasta que la fiesta finalice.

— ¿Te sientes bien, Ji-Shin? — mi madre se colocó de cuclillas hasta dar con mi altura, sentí una de sus manos acariciar con delicadeza mi hombro mientras me miraba preocupada.

— Sólo quiero ir a casa — no la mire ya que baje la cabeza, había encontrado al suelo más entretenido que mirar a mi madre.

Ella suspiró colocándose de pie, sabía que mi madre quería preguntar del porque mi cara larga y tristón, pero no lo hizo y asentió tomándome de la mano.

— Esta bien, debes de estar cansada, ¿Verdad? — asentí sin quiera tomarle importancia.

Ambas empezamos a caminar hasta la salida para llegar a la vereda y poder pasar las rejas y llegar al otro lado, en donde mi papá nos esperaba para llevarnos a casa.

Me sentí triste, Baek en verdad es cruel, él en verdad le hizo esa broma a Tae-Hyung.

Después de todo, Tae-Hyung no llego a la fiesta.

Estábamos por llegar al auto de mi papá cuando de pronto la lluvia empezó a caer, tan rápido como la velocidad de la luz que solo basto segundos para empezar a empaparme.

De todos modos, el cielo daba un anticipado aviso que una tormenta se aproximaba. Después de todo papá tuvo razón, aunque lo haya dicho en broma.

— Corre, cariño — mi madre se apresuró tomando más fuerte mis manos para correr de la lluvia, la cual no tenía escapatoria hasta estar dentro del auto de papá.

Mi madre me jalo y ambas empezamos a ir más rápido, pero de la nada paré en seco haciendo que mi madre se detuviera junto conmigo y me mirará extrañada.

— ¿Qué sucede, Shin? — mi madre se preocupó aún más.

No respondí y solo me quedé mirando fijo en el mismo lugar, ni madre al notar el lugar que llamaba demasiado mi atención decidió mirar ella también.

— Tae-Hyung — susurré.

La lluvia empezó a caer más fuerte, tanto que mi vestido rosa ya estaba completamente empapado y mi peinado estaba arruinado.

Y sin poder negarme llore como la niña pequeña que soy.

Él sólo me miraba en silencio, Tae-Hyung también estaba completamente empapado y en su mano llevaba una bolsa de regalo.

Su flequillo castaño le cubría por completo y sus mejillas estaban completamente mojadas.

Mi madre entendió y se acercó a Tae-Hyung, ella estaba preocupa.

— ¿Estás bien, pequeño?, ¿Dónde están tus padres? — se colocó de cuclillas para verlo mejor, pero Tae-Hyung no respondió nada y sólo siguió con su mirada fija en mí.

Yo también lo miré, pero en cambio yo estaba llorando aunque no se notará por la lluvia.

—¿Dónde vives? — mi madre volvió a preguntar pero Tae-Hyung no respondió nada.

Mi madre ya estaba preocupándose en serio.

Ella se colocó de pie y miró por todos lados, como si estuviera buscando algo o alguien.

Tae-Hyung dejo de mirarme para observar detrás de mí, me di cuenta que él estaba observando la casa de Baek, se dio cuenta que la fiesta seguía y a mí me vio parada en la vereda, de seguro ya tenía en mente que yo vine a la fiesta.

De pronto empezó a caminar lentamente, hasta dar conmigo, ahí es cuando pude ver sus ojos que estaban rojo. Mamá sólo miraba.

— Eres una mala amiga, Ji-Shin — musitó tan dolido que sus palabras también me dolieron.

Y sin decir nada siguió caminado hasta llegar a la puerta de la casa de Baek, la cual estaba abierta y se podía ver la fiesta.

Me gire para verlo mejor, la lluvia seguí y no parecía querer cesar.

— Tae-Hyung, lo siento — susurré, sabía que él no había escuchado.

Llegó a la puerta llamando la atención de varios de los invitados, hasta la de Baek.

Baek-Hyung llegó a la puerta para mirar al niño que se encontraba todo empapado por la lluvia.

Al darse cuenta quien era se sorprendió y no supo cómo reaccionar.

— Esto es tuyo — dijo TaeHyung dándole la bolsa de regalo lo que estaba en su mano, todo mojado.

Baek-Hyung, no quiso recibir, pero al final lo hizo sin decir nada, sin ni siquiera agradecer. Baek se quedó observado anonado.

Tae-Hyung dijo algo más, pero no había logrado escuchar y Baek le respondio. Después de todo se atrevió a hablar.

Tae-Hyung no dijo nada más y se giró sobre sus talones para caminar, no entro a la fiesta y ahora se estaba yendo.

— Lo siento, Tae-Hyung.

Dije cuando paso por mi lado, pero fui completamente ignorada.

Él siguió caminando hasta llegar a la vereda, de pronto un auto negro paro en frente de él tomándolo por sorpresa, de ahí bajo una señora de edad todo alterada.

— Eres un niño desobediente — ella regaño a Tae-Hyung mientras se acercaba para luego abrazarlo —.Me tenías preocupada.

No le importó mojarse, parecía feliz y triste al mismo tiempo.

— Te dije bien claro que no quería que salieras de casa — la señora siguió regañando a Tae-Hyung mientras lo abrazaba.

Tae-Hyung también le correspondió el abrazo y ahí es cuando escuché que se rompió en llanto.

— Estoy triste, abuela — escondió su rostro en el cuello de la señora. Ella lo abrazo más fuerte.

— Vayamos a casa mi niño — Tae-Hyung se alejó de ella y asentió limpiando su cara.

La lluvia ahora caía más despacio.

Estaba segura que él estaba molesto conmigo por venir a la fiesta de Baek-Hyung y quizás esta seguro que yo también me burle de él.

La señora ayudó a Tae-Hyung a subir al auto en el asiento de atrás, una vez Tae se sentó ella le puso el cinturón de seguridad, cuando terminó ella también subió.

Desde la ventana Tae-Hyung me miró pero luego esquivo la mirada hacia otro lado, él evitaba mirarme.

Mi madre se acercó a mí y me tomo de la mano. El auto de TaeHyung arranco perdiéndose de mi campo de vista.

— ¿Ji-Shin? — mi madre me llamo — ¿Estás bien, hija?

Mi madre raras veces me decía hija, sólo cuando estaba preocupada por mí.

Different ➜[k.th.] /Editando/Where stories live. Discover now