Segunda temporada de "Prohibido, eres el mejor amigo de papá"
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Su historia empezó con un juego lleno de lujuria y deseo, con el pasar del tiempo terminó en una tragedia.
Su amor no pudo ser de ninguna manera, ambos salie...
Entro al departamento, sintiéndome peor que la noche anterior. No sé si es la resaca o lo mal que sentó todo lo que Matthew me contó. Esta mañana volví a vomitar, me siento muy enferma y solo quiero dormir.
Tal vez no despertar jamás.
- ¡Jessica!
Tiara y Luz se acercan a mí, mi mirada va a de ellas a los niños que juegan sobre la alfombra. Se ven bastante preocupadas, me siento mal de haberlas dejado así ayer.
- Hey ¿Que haces aquí? -trato de sonreír.
- ¿Que demonios te paso? ¿Por qué te fuiste así? ¿Dónde dormiste?
Dormí entre los brazos del hombre que a puesto mi mundo al revés. El causante de mis pesadillas y mi desequilibrio emocional, pero uno que tiene mi corazón por completo y que ahora quiere cuidarlo, como debió haber hecho hace bastante. Pero sobre todo, en los brazos del hombre que todo el mundo piensa murió.
- Dormí en un motel.
- ¿En que estabas pensando al irte así?
- Tiara, ahora mismo no me siento bien. Necesito descansar -paso por su lado, yendo a dónde está mi hijo. Dejo un beso en su cabeza.
- Lo noto, que no te sientes bien -se pone delante de mí cruzándose de brazos- ¿Que está pasando que no me estás contando?
- No me pasa nada, de verdad. Solo las copas me sentaron, mal -me saco los tacones, caminando a la habitación.
- ¿No estarás embarazada o si? -su pregunta me hace detenerme, me doy vuelta para mirarla- ¿Que? No me mires así.
- No estoy embarazada, solo no me siento bien -me encojo de hombros- iré a darme una ducha y descansar un poco ¿No te importa Luz?
- Claro que no -niega con la cabeza- Es mi trabajo, pero si necesitas algo llámame.
Asiento, dispuesta a irme.
- Por cierto -me habla Tiara- Deberías llamar a tu esposo, no a dejado de llamar desde anoche. Tuvimos que mentirle que estabas aquí y que no te sentías bien, intento entrar y no te haces una idea de todas las ridículeces que debimos decir para evitar que entrara.
- dime qué no te invéntaste algo estúpido.
- La diarrea crónica se pega -se encoge de hombros- Debo irme, Marcos y yo iremos a casa de mis suegros.
- Suerte -me despido.
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Los días pasan, Matthew se a puesto en contacto conmigo una dos veces. Una de ellas por videollamada, para poder ver a Zian. Terminamos llorando ambos. Su amor por Zian va más allá de lo que pensé y me alegro que sea así.
He seguido sintiéndome mal, ha creado dudas en mi mente. No creo que sea tanta casualidad. He pensado decirle a Dominik, pues es la única persona que me gustaría estuviera aquí dandome apoyo y cariño. Pero el orgullo y la culpa me impide ir a buscarlo, llamarlo o tan siquiera contestar su llamada.
