CAP. 05

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••• Dominik •••







Paul abre la puerta del departamento y Jessica empuja suavemente la silla de ruedas en la que estoy.

Es muy difícil para mí estar en esta situación, nunca pensé que por enamorarme de una chica pasarían estás cosas. Porque siendo sincero, esto pasó por qué quise. La boda y todo lo demás, fue por mi decisión. Pude haberme ido a otro país o simplemente tratar de convencer a mis padres como antes lo hice muchas veces.

Pero sus "amenazas" fueron la excusa perfecta para quedarme a su lado. Suena egoísta, pero para mí era como una señal para que me quede a su lado.

Se que su corazón aún le pertenece a ese hombre, pero yo no me rendiré tan fácil. Lo único que él hizo fue llevar degracia a su vida, yo solo quiero hacerla feliz. A ambos, porque el pequeño Zian va incluído.

Ellos merecen más que un puto loco que va disparando por ahí como si nada, sin pensar en ellos antes. Fue un acto muy cobarde de su parte, si de verdad la quería a su lado, debió luchar por ellos, no aceptar las condiciones absurdas de los demás.

- ¿Tienes hambre? -me pregunta una vez estamos solos. Luz llevó a Zian a la habitación, para dormirlo.

- No, tú deberías comer y descansar -tomo su mano.

- Debo hacer algunas cosas, incluso llego tarde -suspira- Pensé que Ellis había cancelado todo, pero hubo algunas reuniones que no pudo cancelar.

- No sabía que ella era tu asistente.

- Lo es, me a ayudado bastante -sonríe, se acerca para dejar un beso en mi mejilla. Mis labios cosquillean deseando sentir sus labios- Debo irme ya, cualquier cosa que necesites llama a Paul o Luz.

- ¿Y con quién te irás?, Creo que tú deberías llevarte a Paul.

- Me llevaré a dos de sus hombres, tranquilo -vuelve sonreír, me gusta mucho ver su sonrisa.

- Está bien, te veo más tarde.

- Ve a descansar un rato -toma su bolso.

- ¿A nuestra habitación? -sonrío divertido, veo como sus mejillas se tiñen de rosa.

- Si, si -sale rápido del departamento.

Ver qué se pone así me da una pequeña esperanza de que ella puede sentir algo por mi. De no ser así, porque se sonroja entonces.

El teléfono suena.

Al ver que Luz no llega para contestar me acerco en la silla de ruedas hasta la pared donde descansa el teléfono. Cómo puedo lo tomo y contesto.

- ¿Hola?

Se hace un largo silencio, pienso que puede ser algún periodista o alguien que se equivocó.

- ¿Hola? -repito.

- Señor -Luz llega rápido, su respiración está agitada- Venga, yo contesto.

Trata de acercarse para quitarme el teléfono, pero se me hace extraño.

- Quiero hablar con mi hijo.

Lo siento, sigues siendo PROHIBIDO. ✓Where stories live. Discover now