CAP. 33

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3 meses después.

••• DOMINIK •••








Miro la foto que tengo en mis manos, ahí aparecemos los tres sonriendo. Ella se ve tan feliz, lo veo en su mirada. Y como siempre yo estoy mirándola como un idiota enamorado. Mis ojos vuelven a llenarse de lágrimas. El dolor en el pecho no disminuye, me destruye, ya no soy el mismo desde aquella noche.

Se que lo arruiné. Al principio pensé que se había ido por mi culpa, y no la culpaba, yo también me iría luego de recibir un golpe tan bajo. Pero quién le envió esas fotos, lo hizo con la clara intención de crear dudas y sufrimiento en nuestra relación. Yo nunca le haría algo tan bajo a mi princesa.

Pero se que ella no se fue, alguien la obligó. Por más que mi familia diga que ella me abandonó, yo sé que Jessica no me haría algo así. Ella siente lo mismo que yo, le lo demostró con su mirada, su sonrisa, esa manera de ser tan especial. Me lo demostró con sus palabras y acciones. Ella me ama, como yo la amo a ella.

He hecho hasta lo imposible para encontrarlos a ambos, pero nadie logra darme respuestas. He buscado también a Luz y es como si la tierra se los hubiera tragado. Nadie vio o escuchó nada.

Mi familia por otra parte no está pasando por un buen momento. Mis padres se están separando, mi hermana a entrado en un trance de rebeldía, temo que termine destruyéndose a si misma. Y yo... Alguien se a llevado al amor de mi vida.

Nunca me imaginé que sentiría algo tan fuerte, como lo que siento por Jessica. Yo me negaba a amar a alguien, a entregarle mi corazón. Pero Jessica no tardó en tenerme en sus manos. Me enamoró, me enloqueció.

Alguien toca la puerta y sin previo aviso abren. Es mi hermana, casi no la reconozco con tanto maquillaje. Se a cortado el cabello y se ha echo varias perforaciones.

- ¿A ti que te pasa? -cierra la puerta, dejo la foto sobre el escritorio y tomo el vaso con whisky que me preparé hace un rato. Es lo que hago cada noche, me encierro en el despacho de papá y muchas bebo hasta olvidarme de todo a mi alrededor. Otras veces solo me limito a sacar todo lo que siento, así sea hundiéndome en mi propio sufrimiento- Ay no, otra vez viendo esa foto. ¿Cuando vas a superar que se largo y ya?. Dominik, han pasado tres meses.

- Pequeña, si no vas a decir algo bueno, mejor déjame solo -me termino lo que queda en el vaso, de un trago.

- Venía a invitarte a salir, pero con esa cara que te traes mejor te dejo -se cruza de brazos- ¿Cuando traeras todas tus cosas?

No he vuelto al departamento, no puedo. Estar ahí sin ellos, es una tortura. Por eso preferí venir a casa de mis padres, hasta que pueda traerla devuelta conmigo.

- No traeré nada.

- ¿Aún sigues con lo mismo de que alguien se la llevó? -rueda los ojos- Mira, te quiero mucho Dominik, pero estás siendo un estúpido. Ella se fue, lo más probable es que esté con otro. Deja de estar sufriendo por esa perra.

Me pongo de pie en cuanto la escucho hablar de esa manera.

- ¡Habla una vez más así de ella y te haré tragar tus malditas palabras!

Nunca le había gritado a mi hermana, mucho menos la he amenazado de esta manera. Pero no voy a permitir que hable así de Jessica.

- ¿Me estás amenazando? ¿Por esa perra? ¡Porque eso es lo que es, una perra! Se fue, te abandonó y tú aquí aún sufriendo por ella. ¡Abre los malditos ojos!

- ¡Cállate, maldita sea! Tu no sabes lo que dices. Jessica no es así, ella no se habría ido así sin dar explicaciones. Sus cosas están en el departamento.

- ¡Y otras cosas se las llevó! ¡TE ABANDONÓ!

- ¡LÁRGATE DE AQUÍ!

Mi hermana me mira mal, me desafía con la mirada. La puerta vuelve a abrirse y está vez es nuestra madre.

- ¿Que está pasando aquí? ¿Que son esos gritos?

- Sácala de aquí, porque te juro que no soy capaz de aguantarla más -señalo a mi hermana.

- Sigue sufriendo por ella -mira a mamá- Es igual a ti, prefieren seguir sufriendo a ver la realidad. Aunque al menos tu abriste los ojos y le pediste el divorcio a papá. Dominik sigue esperando a encontrarla, lo peor es que sufrirá aún más al darse cuenta que si lo abandonó.

Sus palabras duelen, son como sal en la herida. Me duele que mi propia hermana este diciendo esas cosas.

- Cariño.. tú hermana tiene razón -se acerca a mí. No puedo evitar mirarla dolido, no puedo creer que le esté dando la razón- Déjala ir. Eres un hombre joven, puedes rehacer tu vida. Mira, la hija de...

- No quiero a nadie más, mamá. Ninguna mujer podrá llenar este vacío que siento, nadie puede compararse a ella -Mamá me mira con tristeza.

- Ella se fue, hijo. No te merece, no merece tus lágrimas.

Veo como mi hermana hace un gesto despectivo y sale dejándonos solos.

- Entiendo que la ames con todo tu corazón, te entiendo hijo. Pero llevas estos meses sufriendo, ya no soporto verte así. Cuando no vas muy borracho, andas como alma en pena. Haz descuidado tus negocios, te haz descuidado a ti -deja descansar una de sus delicadas manos en mi mejilla- te necesito fuerte, porque yo también estoy apunto de derrumbarme.

- Mamá...

- Te permito llorar hoy, saca todo eso que sientes. Y mañana, te quiero ver fuerte y decidido a seguir adelante. Con ella o sin ella.

Me acerco a mi madre y la rodeo con mis brazos. Sentir como me abraza fuerte, me reconforta. Pero aunque quiero permanecer fuerte, termino derrumbandome. Apoyo mi cabeza en el hombro de mamá y empiezo a llorar.

- Shhh.. todo estará bien -susurra.

No me salen las palabras, no puedo decirle que me siento mal, que no puedo olvidarla. Tampoco puedo prometerle que dejaré de buscarla, no puedo hacerlo. Así sea verdad lo que dijo mi hermana, prefiero ver la realidad, sea lo que sea.

Por favor mi princesa, cuídate. No importa cuál sea la realidad, quiero que te cuides. Aguanta un poco más, te prometo que te traeré de vuelta.

Lo siento, sigues siendo PROHIBIDO. ✓Where stories live. Discover now