capitulo 38

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adam:

empecé a caminar hacia la casa, mis manos temblaban y sudaban con cada paso que daba, estaba tratando de convencerme de que ella estaría en casa, esperándome con los brazos abiertos pero una parte de mí aún seguía sintiendo miedo, miedo de que lo haya elegido a él, miedo de que yo no haya sido suficiente, miedo de que se aleje de mi lado y nunca más vuelva a tener esas charlas nocturnas, esas risas de madrugadas y todas las madrugadas en las que ella se levantaba asustada y se acurrucaba en mis brazos haciéndome sentir como su lugar seguro, es increíble como llegas a amar las pequeñas cosas de alguien, incluso esa pequeña respiración que sientes en tu pecho cuando te abraza.

creo que todos hemos pasado por esto, por el miedo de perder a alguien tan importante en tu vida, es un sentimiento que no podemos explicar, es un vacío en todos tus días, al no hablar con esa persona como antes, el despertarte y no tener a esa persona a tu lado, que en el transcurso del día no te llegue una llamada o incluso un pequeño mensaje deseándote un buen día, esas son las pequeñas cosas de las que te enamoras y las que más extrañas cuando ya no están.

en el momento en el que te enamoras, en ese momento en el que te abres a alguien te vuelves vulnerable, el amor es un sentimiento bonito pero viene acompañado de otros sentimientos no tan lindos y si no eres fuerte y resistente esos sentimientos negativos envuelven el amor como una anaconda a su presa, hasta asfixiarla, hasta que a esa persona le falta el aire, hasta que ya no pueda más y luego la devora, eso pasa con el amor y los sentimientos negativos que lo rodean, lo envuelven y hace que muera llevándose con ella a las personas.

por eso es que en el momento en el que te enamoras, en el momento en el que decides abrirle tu corazón a alguien eres consiente de todo lo que puede pasar pero aun así sigues hacia adelante por que al principio no le damos importancia a esas cosas negativas porque solo estamos enamorados pero en el transcurso de ese amor es cuando empiezan a salir a la luz esos sentimientos es cuando empieza a crecer el miedo y la inseguridad.

llegue a la puerta y ni siquiera saludé a los chicos que estaban ahí parados, solo quería verla a ella, sentirla, hacer que esté miedo que me recorría las venas parara.

abrí la puerta y estaban todas las luces apagadas, un escalofrío subió por mi espalda, corrí hasta la habitación y abrí la puerta de un golpe.

nada, no había nada más que la habitación vacía y la luz de la luna entrando por el gran ventanal que dejaba ver la playa tan oscura y silenciosa, mis rodillas dejaron de funcionar y caí al suelo, las lágrimas comenzaron a bajar por mis ojos sin permiso.

así que esto se sentía cuando alguien a quien amas te deja? ese vacío en el pecho, esa desesperación, esa culpa y la preocupación de saber si fue tu culpa, si hiciste o dijiste algo mal, ese momento en donde te sientes más insuficiente y inseguro, en el momento en el que te preguntas que te faltó a ti? porque contigo no fue así? porque te toco ser al que dejan llorando en la madrugada?

limpie mis lágrimas con rabia y baje las escaleras, salí por la puerta y aún estaba los chicos ahí, me miraron preocupados.

-Nos vamos-  Fue lo primero que dije en cuanto pude lograr que mi voz no sonara rota, las ganas de llorar me invadían pero no iba a llorar frente a ellos.

-p-pero...- iba a seguir hablando pero lo interrumpí

-No entiendes español o que? dije nos vamos-

-No tenemos que esperar a loo- hablo el otro a su lado

escuchar ese nombre me revolvió el estomago, esto se sentía muy mal, nunca mas permitía que alguien me vuelva a hacer pasar por esto.

-No quiero que vuelvas a mencionar ese nombre- mis ojos estaban rojo y lo sabía, la rabia se mezclaba con la tristeza dentro de mi.

ellos asintieron temerosos y caminaron hacia el auto, subí en el asiento de atrás y me recosté en el mirando hacia el techo, no quería llorar pero mi mente estaba llena de pensamientos y recuerdos que me torturaban

-no puedo dormir, hablemos- dije mientras me daba la vuelta para quedar frente a ella

ella estaba de espaldas, por un momento pensé que estaba dormida hasta que me acerque para dejar un beso sobre su cabello rizado y escuché como se le escapaba una pequeña risita

-Vamos! se que estás despierta- dije mientras me alzaba un poco dejando mi peso sobre mi codo

ella no reaccionó así que pose mis manos sobre su cintura y comencé a hacerle pequeñas caricias que pronto se fueron convirtiendo en cosquillas

ella comenzó a retorcerse debajo mío y de su boca salió una risa escandalosa que posiblemente despertó a todos en la casa, pero no me molesto, esa risa era como música para mis oídos, esas canciones lentas y suaves que te hacen relajarte y hacerte bien.

-B..bas..ta- habló ella entre risas su cara comenzaba a tomar un color rojo.

pare y me tire a su lado, ella reguló su respiración y luego se dio la vuelta para quedar frente a mi, sus hermosos ojos verdes se posaron sobre mi y me hicieron sentir la persona más afortunada del mundo por ser quien puede verlos siempre.

-Bien, tú ganas, de que quieres hablar?- pregunto con una pequeña sonrisa en sus labios

-no se, déjame pienso-

-vamos se que tienes algo, puedo ver la curiosidad a través de tus ojos-

-eres buena, si tengo algo. recuerdas cómo fue tu primer beso?-

ella soltó una pequeña risita y me miró

-que son ese tipo de preguntas-

-solo quiero conocerte y saber un poco más sobre ti-

-bien, fue cuando tenía 10-

-Que? diez? yo di el mío cuando tenia 14-

-Jajajaa aún poco lento no?-

-digamos que no era el más popular con las chicas-

-porque no? definitivamente esos ojos miel hubieran sido mi primer amor de la secundaria-

-supongo que no todas tienen tu buen gusto- ella soltó una carcajada que rápidamente me contagio y me hizo soltar una también

sin darme cuenta ya habíamos llegado al aeropuerto mis mejillas estaban llenas de lágrimas las cuales limpie rápidamente y baje del auto.

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Poliamor sobrenaturalHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin