Poliamor sobrenatural

Capitulo 23

Pov Thomas:

Vacío.

Era lo único que sentía en mi pecho, habían pasado semanas en las que la hemos estado buscando por mar y tierra, pero no está en nuestro territorio.

Ya casi no trabajaba, apenas si comía, no dormía en las noches solo pensando en ella, su olor empezaba a desaparecer de la habitación y las sabanas.

No volví a tener contacto con mi lobo desde que se fue, sabía que estaba destrozado, aunque no hubiéramos pasado mucho tiempo con ella ya empezábamos a quererla.

Quizás si solo me hubiera quedado con ella esa mañana y no hubiera salido como un animal esto no estaría pasando, pequeñas lágrimas amenazaban con salir de mis ojos y las dejé salir, ya estaba cansando de luchar contra ellas y lo que se sentía.

La puerta fue abierta de un estruendo pero yo ni siquiera levante la cabeza para ver qué pasaba, estaba cansado.

-Vamos Thomas debes salir de esta habitación- dijo una voz la que deduje rápidamente que era Alex.

Él tenía razón, desde que supe que la habitación estaba perdiendo su olor no e salido de aquí.

-Ya confirmamos que no está en nuestro territorio- hizo una pausa antes de volver a hablar

-Estamos tratando de contactar a Adam Ming el jefe del clan de los vampiros pero no esta en su territorio- dijo Alex sentándose a la mi lado.

Yo aún seguía acostado en la cama y no emitía ningún sonido.

-Enserio crees que ese asqueroso vampiro quiera hacer tratos con nosotros?- pregunto Alex nuevamente

Yo levante mi cabeza y lo mire fijamente

-Tiene que hacerlo, o si yo mismo cruzaré su territorio y la buscaré- dije con rabia

Alex asintió

La puerta fue abierta nuevamente y esta vez si mire hacia allá

-Alpha, su padre ya está aquí- dijo maria parada en el marco de la puerta

Yo solté un bufido y me encamine hacia el baño, me posicione frente al espejo. Mi cabello estaba desordenado y más largo que de costumbre, bajo mis ojos habían unas pequeñas ojeras y todas esas noches de insomnio ya empezaban a pasarme factura.

Lave mi cara y salí del baño para encaminarme hacia la sala donde se encontraba mi papá.

Él estaba sentado en un pequeño sofá con sus manos descansando a sus costado, su cabello canoso estaba peinado perfectamente hacia atrás y tenía un traje negro perfectamente planchado y limpió.

Mientras que yo me encontraba con una pijama y mis pies descalzos, llegue hasta donde estaba y me senté en el sofá al frente bajo su atenta mirada.

-Todavía sufriendo por esa muchachita- dijo soltando una carcajada

-La buscaremos en el territorio de los vampiros- dije ignorando su mirada divertida.

-Porque solo no te olvidas de ella?- dijo poniéndose serio

Escuché como mi lobo soltó un gruñido enojado y guarde silencio.

-Ni siquiera llegaste a márcala Thomas. ella se chiquilla simplemente se fue, supéralo de una vez- dijo mirándome fijamente

Yo solo guardaba silencio mientras que él hablaba

-Porque mejor no invitas a salir a Ximena, ella es una buena chica y es tu compañera de linaje- dijo

Eso hizo que mi sangre ardiera y mi lobo empezara a rogar por tomar el control y desahogar toda esa furia.

-Esta manada necesita una luna Thomas- dijo antes de levantarse y salir por la puerta.

Me dolía aceptarlo pero él tenía razón, había perdido demasiado tiempo buscando a mi mate y no me había puesto a pensar en lo que era mejor para mi manada y si eso implicaba salir con la insoportable de Ximena lo haría.

Me levante del sofá derrotado y me encamine al baño a tomar una ducha.

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Me encontraba en mi auto frente a la casa de Ximena pensado en si era una buena idea o no.

Recordé las palabras de mi padre y eso hizo que saliera del auto y empezara a caminar hacia la entrada.

Iba caminando con seguridad mientras que mi corazón ardía por dentro.

Toque la puerta suavemente tratando de no arrepentirme, una señora de unos 60 años abrió la puerta con una pequeña sonrisa.

-Esta Ximena?- dije entre dientes

Escuché unos tacones que venían hacia nosotros con desesperación, la señora se alejó de la puerta y por ella apareció una muy arreglada Ximena, sus ojos se clavaron en mí y en ellos pude ver un destello de alegría.

-Sabia que vendrías a buscarme- dijo caminando hacia a mi con una sonrisa