Poliamor sobrenatural

Capitulo 25

Me encontraba en mi cama ya para dormir, el día había sido un poco solitario comparado con los otros días, Josh pasó todo el día con su hermano y lo entendía ya que tenían mucho sin verse.

Me levante de la cama y me encamine hacia el cuarto de Josh, toque la puerta suavemente y no respondió nadie.

Abrí la puerta suavemente y estaba todo oscuro, pase por la puerta observando todo el lugar, la cama estaba desordenada pero estaba vacía.

Iba a salir hasta que una voz ronca hizo que diera un pequeño salto.

-Quédate- dijo aquella voz en la oscuridad

Giré mi cabeza hacia donde provenía la voz y con la poca luz que entraba por la ventana pude ver al hermano de Josh sentado en el pequeño sofá de la habitación.

El se levantó y se acercó a mi haciendo que diera unos cuantos pasos hacia atrás chocando con la pared.

-Tienes miedo?- dijo acercándose más

Por la escasa luz que entraba por la ventana pude ver sus ojos rojos en su totalidad.

-Porque debería tenerlo?- pregunte mirándolo a los ojos

-Podría matarte ahora y acabar con esto- dijo serio pero con una mirada divertida

-No lo harás- dije devolviéndole la mirada divertida.

Si quería jugar jugaríamos los dos.

-Porque? Porque eres la noviecita de mi hermano?- dijo dando un paso hacia a mi y acercando su cara peligrosamente a la mía

-No soy su novia- dije poniendo mis manos sobre su pecho para mantener un poco distancia

-Porque debería creerte?- dijo con una sonrisa de lado

-Porque te lo estoy diciendo- dije poniéndome seria pero aún con la mirada divertida

-Y porque debería creer en lo que me diga una simple prisionera- dijo tratando de acercarse aún más a mi

Pero se lo impedí y me escabullí entre el pequeño espacio que había entre su cuerpo y la pared, me posicione delante de él y le di un pequeño empujón haciendo que retrocediera y su cuerpo quedara pegado a la pared.

Le di una sonrisa maliciosa antes de hablar

-Si crees o no crees no es mi problema- dije alejándome de su cuerpo para tomar el pomo de la puerta y salir.

Camine por el pasillo casi corriendo hasta llegar a mi habitación y cerré con seguro antes de acostarme en la cama con una pequeña sonrisa en la cara.

No sabía porque estaba feliz ya que ese chico era un irrespetuoso, confianzudo y mal educado, pero de cierta forma me divertía un poco su juego.

Sabía lo que quería hacer, quería molestarme y hacer que cayera a sus pies como en las películas pero esta vez el guion cambiará y yo seré la que jugará.