Una realidad

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-¿Qué haces aquí tan tarde? -Una voz femenina, la conocía muy bien,

-No podía dormir... -La otra voz que iba por lo menos una vez a la semana a contarme todo lo que estaba pasando en el exterior.- ¿Y tú?

-Creo que somos dos, la revuelta ha sido intensa estos días. -Ambas personas se sentaban frente a mí solo a verme y a hablarme como si les fuera a responder. Aún no entendía que luego de tantos años seguían viniendo.

Las primeras visitas solo escuchaba reclamos, llantos. Hitch golpeaba el grueso cristal que me rodeaba. Armin se veía destrozado y a veces se le quebraba la voz pero en otras ocasiones el veneno de sus palabras me llegaba hasta lo más profundo de mi ser.

¿Creían que hice todo porque se me daba la gana?

¿No se ponían en mi lugar? Todos tenemos razones por las cuales hacemos cosas, pero claro, nosotros, tres guerreros, tres mocosos que perdimos a nuestro líder apenas llegamos a la isla, nos embarcamos en una misión que no tenía salida, sabíamos que no iba a salir bien pero seguimos adelante... Porque éramos eldianos honorables, debíamos de llevar a Marley al titán fundador y al de ataque, porque luego de eso solo teníamos un par de años más de vida y por lo menos nuestros cercanos iban a poder seguir viviendo en los campos de concentración.

Mierda de vida.

Desde que era una infante y entrenaba con mi padre por obligación, jamás tuve un sueño o una determinación, tampoco es que tenía opción de elegir, mi destino era ese, ser un demonio. Pero todo cambió cuando mi padre se arrepintió de todo y quería que yo me quedara con él. Sin embargo, nadie sabía que ese rubio que me miraba con la esperanza de recibir una respuesta, iba a delatarme... Pero yo fui la ilusa, yo fui la estúpida de no matarlo en la misión fuera de los muros.

¿Por qué no lo maté esa vez?

Claro, al fin y al cabo era una adolescente carente de afecto, y sus palabras sinceras me llegaron de sorpresa. Siempre que estaba cerca de él todo tormento dentro de mi cabeza se calmaba, la realidad se transformaba en un camino de una soldado que estaba junto a un grupo de personas con el mismo fin, buscar la libertad y tratar de vivir en paz en un mundo lleno de desgracias.

Armin siempre tenía las palabras correctas, sabía cómo convencer a los demás, y al parecer conmigo no fue la excepción. Ese día en Stohess, cuando me pidió ayuda, algo andaba mal, pero luego cuando querían que bajara con ellos al subterráneo y su mirada se posó en mi, como si fuera el peor de los enemigos, la desesperación llegó a mi, a una chica con apenas quince años, con las manos ya manchadas de sangre, con pesadillas todas las noches y con anhelo de volver a casa.

Encerrada en este cristal del cual no podía escapar, porque el titán femenino podía copiar ciertas técnicas de otros titanes, pero no eran funciones completas, por lo que sabía que si utilizaba aquello, no iba a volver nunca con mi padre. Pasaron cuatro años donde me enteraba de lo que pasaba por Hitch y Armin... Mi compañera chillona y holgazana y el chico que llevaba el futuro de la humanidad en sus ojos.

¿Ironías? Si, porque no entendía su afán de venir a hablarme... Pero se los agradecía, gracias a ellos no me perdía en la oscuridad, no me volvía loca. Gracias a ellos tenía algo de cordura. Esperaba sus visitas con ansias y cuando se iban las ganas de gritar por ayuda eran horrorosas.

Pero todo cambió un día que sentí que algo me arrancaba de ese cristal el cual se desvanecía en agua mientras yo caía al suelo sin fuerza alguna, ahogada, con los músculos rígidos, con el pánico de desaprovechar esa oportunidad y salir de ahí.

La voz de Eren activando "el retumbar" fue la llave de mi liberación.

Ese misma tarde Hitch apareció ¿Quién iba a pensar que la habladora de mi compañera iba a derribarme con un solo movimiento? Ella tenía razón, estaba muy débil y no iba a poder escapar sin ayuda, pero tampoco esperaba que ella me ayudara a salir de ese lugar.

Historias Únicas [AruAnnie]Where stories live. Discover now