Mi Mejor Amigo (AD #1) [COMPLETA]

64.- Taxi

Travis

Enero

En estas semanas de enero, las cosas han sido... gratamente diferentes. He ido con Jane a terapia, acompañándola de vez en cuando y su madre también, mejorando la relación con su hija poco ha poco. Mi novia cambió de doctora a una más joven y que le hace sentir menos intimidada. Aunque la doctora Monique era buena, Jane no se sentía del todo bien, así que lo entendió y fue ella misma quien recomendó a la doctora Annette, una recién graduada, pero que hace sentir a Jane muy bien.

Al parecer las cosas se están enfriando poco a poco para ella, y me alegra saber que he apoyado en una parte para que ella se sienta mejor. Aún no está del todo bien, ha pasado muy poco tiempo para que eso sea un hecho —si es que alguna vez lo fuera—, pero se ha notado el esfuerzo que ella ha puesto para estar mejor.

Sonríe mucho, sobretodo cuando estoy con ella y hago una tontería para hacerla reír. También duerme un poco más, cada vez aumentando algunos minutos a sus horas de sueño, y yo estoy muy contento por ello.

Han sido cambios que a simple vista pueden parecer simples, pero que han significado un gran alivio para las personas que la rodeamos.

Incluso para Kylie, que a pesar de no haber obtenido el perdón de Jane aún, se ha mantenido muy interesada en su avance. Sé que tendrá que redimirse con Jane, todos lo han estado intentando, pero... no sé si Jane podrá perdonar eso.

Sin embargo, yo la apoyaré en lo que sea que ella haga. No quiere vivir con rencor en su corazón y eso está bien para mí. Lo que ella quiera hacer, yo la apoyaré.

Además... Jane ha arreglado las cosas con su madre, y aunque eso me hace feliz... eso significa que se irá. Una aparte de mí se siente desilusionada mientras le veo hacer su maleta. Me paso una mano por el pelo, muerdo mi labio inferior, intentando controlar mi frustración.

Es díficil... siento como si se estuviera preparando para ir a la guerra y no a su casa, en unas cuantas manzanas de mi edificio.

Suspiro y mi rodilla rebota, el sonido de mi zapato golpeando el suelo una y otra vez llenando el silencio. Sin embargo, Jane no está mejor.

Con cada prenda que guarda en su maleta, suspira pesadamente o se la queda mirando por largos segundos. Luce igual de frustrada que yo, y eso, en gran parte me reconforta.

Significa que tal vez ella... quiere quedarse aquí.

Me levanto de la cama y empiezo a pasearme por la habitación como un león dentro de una jaula. Me paso una mano por el cabello y Jane solo mira el vestido que usó el día de nuestra cita antes de doblarlo lentamente y guardarlo.

Estoy inquieto y nervioso, a punto de echarme a llorar. No quiero que se vaya. Este lugar por primera vez desde que vivo aquí se ha sentido como un hogar para mí, no puedo soportarlo.

—Listo —murmura con voz baja y me detengo.

Miro su maleta, está solo a la mitad. Mis ojos van hacia el armario y... ahí están la mitad de sus cosas.

—Pero... —ella se levanta de la cama y cierra su maleta casi vacía, camino hacia ella—. Tus cosas...

Su mirada oscura se clava en mí, sus ojos brillando con mil emociones a la vez. Deja su maleta a un lado y se acerca un paso a mí.

—Dijiste... dijiste custodia compartida.

—¿Qué...?

—Yo... mamá va a matarme —sin embargo, sonríe y se acerca a mí.