Mi Mejor Amigo (AD #1) [COMPLETA]

20.- Alcohol

Travis

Las gotas del agua caen sobre mi cuerpo, relajando mis tensos hombros mientras intento deshacerme de toda la espuma en mi cabello. Quiero también deshacerme del jodido e intenso nudo en mi garganta que no hace más que aumentar.

Soy un jodido idiota, claro está.

No quería lastimarla, en serio estaba clamando por no hacerlo; quería que se lo tome bien, que lo acepte. Lo que esta pasando entre nosotros le asusta, sus sentimientos por mí le asustan, sin embargo, no pensé que iba a reaccionar en la manera en que lo hizo.

En serio pensé que mi instinto se había equivocado, que Jane no estaba ni de cerca de estar enamorada de mí, que solo me dejé llevar por la emoción y era mejor dejarla ir ahora antes de que desarrolle algún tipo de sentimientos por mí, ya que ahí iba a ser jodidamente difícil dejarla. Por no decir imposible.

Pero por la mirada que me dio… sus ojos sólo eran un indicio de un corazón roto.

Intento calmarla mientras que un montón de pensamientos llegan a mí mente y coloco ambas manos en la loza de la ducha, sintiendo el frío de los azulejos en mis manos, y agacho mi cabeza entre mis hombros, mi cabello cegado mis ojos. No puedo evitar sentir que la lastimé. Que la herí. Que fui yo quien la cagó y es la jodida verdad.

¿En qué demonios estaba pensando?

He estado enamorado de Jane por años y ahora que la tengo, lo primero que hago es… ¿apartarla?

¿Por qué carajos hice eso?

Porque soy un imbecil que no sabe controlar sus emociones y me encierro en mí mismo cuando siento que ya no puedo más.

Y ahora, después de 17 horas siento que mi mente se ha aclarado lo suficiente como para saber que realmente la cagué y que soy un idiota.

Más que un idiota, el mayor idiota del mundo.

Conozco a Jane lo suficiente como para saber que lo que está pensando sobre mi ataque de pánico no es bueno. Me dijo que no luché por ella en primer lugar, y aunque me duela admitirlo, tiene razón. Si ella no hubiera comenzado a corresponderme, jamás hubiera hecho algo para estar con ella.

Y es jodido, porque este secreto me lo hubiera llevado a la tumba de ser así.

Quiero luchar por ella, pero así como ella tiene miedo por cómo sus sentimientos están yendo, yo también tengo miedo de que se aburra de mí.

Ella tiene razón, soy un Maldito cobarde, pero ya no quiero serlo.

Cierro el grifo del agua y me coloco una toalla al rededor de mi cintura. Salgo del baño en dirección a la cama y tomo mi teléfono, recuerdos de la primera vez que la vi desnuda rondando mi mente, lo vulnerable y lo jodidamente hermosa que lucía mientras se venía, como ella quería tocarme, como en ese momento supe que ya no abría marcha atrás, que estábamos en esto y estábamos juntos.

Soy un maldito imbecil.

Marco el numero de Jane con dedos temblorosos y me llevo el teléfono a la oreja, no contesta. Le marco una y otra, y otra vez, no hay respuesta. Justo cuando he perdido la cuenta de cuantos intentos hago, mi teléfono vibra con un mensaje, pero una ola de decepción me recorre al ver el remitente.

«Kylie»

Abro el mensaje y mi corazón da un vuelco en mi pecho.

Kylie: No la llames, Travis.

Y llega otro mensaje.

Kylie: Lo digo en serio.

Y otro.