Mi Mejor Amigo (AD #1) [COMPLETA]

45.- Cumpleaños

Travis

Yo: ¿Quieres que nos veamos mañana y así...

Borro esa respuesta e intento con otra cosa.

Yo: ¿Por qué no vas a ir?

Vuelvo a borrar ese mensaje y me paso la mano por la cara, suspirando y sintiéndome frustrado. ¿Qué debería decirle? No sé ni siquiera en qué punto estamos. Y no sé tampoco cómo debería tratarla ahora que no somos... ni siquiera sé si quiere seguir siendo mi amiga. Y ahora terminamos. Todo es tan jodidamente confuso.

Suspiro nuevamente antes de teclear una respuesta rápida y enviarlo antes de que me arrepienta.

Yo: Está bien, nos vemos por ahí, si quieres.

Listo, lo envié.

Guardo mi teléfono antes de mandar todo a la mierda y llamarla. Joder, estoy mal, pero en serio quiero hablar con ella, necesito escuchar su voz. Jamás había necesitado hablar con alguien como lo hago ahora. Necesito verla, pero también sé que ambos necesitamos nuestro espacio si no queremos que esto se hunda más, hasta que ya no haya marcha atrás, y no podamos salvarlo. Tampoco sé si podremos salvarlo. Me iré a Australia de todas formas y no estoy seguro si regresaré en algún momento, solo sé que no quería que las cosas terminaran de esta manera. Ella se merecía algo mucho mejor que yo. Ella se merecía todo y yo no pude darle eso.

—Oye —me llama Jake desde donde está parado, a unos cuantos metros de mí. Estamos en el campo y está vacío, gracias a Dios—. Ella está bien, está con Kylie y van a tener una tarde de chicas con Dove y Jessica. Estará bien, Trav. Van a hacer todo para distraerla.

Me pongo de pie y limpio mis pantalones, mientras me acerco a Jake. Miro a mis alrededores. Hacia el poste donde practicamos nuestros goles, o las marcas en el césped hechas con tiza que indican las yardas hasta la línea de gol. Creí que era mi sueño jugar. Supe que era posible cuando una docena de universidades empezaron a pelear entre sí por mí, cuando empecé a recibir cartas de recomendaciones hace un par de años, cuando aún ni siquiera me preocupaba por ir a la universidad o no. Y realmente esperé vivir ese sueño.

Supe que los sueños se hacían realidad cuando por fin tuve a Jane en mis brazos, cuando al fin pude estar con la persona que siempre había deseado, de quien siempre había estado enamorado. Pero, ahora, perdí mis dos únicos sueños. Ya no la tengo a ella, y ya me quedé sin esperanza de convertirme en jugador  profesional algún día. 

No todos logramos cumplir nuestros sueños, a pesar de lo mucho que luchemos por ellos.

Y yo arruiné mis dos únicos sueños. Todo es mi culpa y me merezco ser miserable desperdiciando mi vida en algo que no quiero.

—Sí... lo sé —me entrega el balón y lo atrapo, antes de hacer el mismo movimiento con él.

Empezamos a entregar y lanzar el balón, ambos en silencio, ambos perdidos en nuestros pensamientos. Jane viene a mi mente. Estoy luchando tanto para no ir detrás de ella y buscarla, de decirle que lo olvidemos, que olvidemos todo lo que pasó, que olvidemos que me iré y sigamos como antes. Pero sé que eso está mal, que no podemos seguir como antes porque me iré al fin y al cabo. Y hay muchas cosas... mucho que dijimos y que no se pueden olvidar tan fácilmente.

Sus palabras aún retumban en mi cabeza, y sé que las mías también se repiten en su mente.

—¿Irás a despedirte mañana? —me pregunta Jake, atrapando el balón que lanzo en su dirección—. Ella ya lo sabe, así que... creo que deberías hacerlo.

Atrapo el balón ovalado y lo sostengo en mis manos, mirándolo.

—No lo sé —murmuro, y soy honesto—. No quiero despedirme de ella, y además, no creo que sepa que día me iré.