CAPITULO 21 - LLAMADA

Start from the beginning
                                    

Él se río también y se levantó a por un zumo, en ese momento entró Sofía a la cocina y abrazó a Enzo saludándolo.

Me acaba de llamar mi madre - dijo mirándonos

¿Y qué te ha dicho? - preguntó Enzo mientras se sentaba

No sabia que Maya estaba aquí - dijo sorprendida

Ya, es que fue un plan de última hora - dijo mientras movía el zumo

Ya y de tan ultima hora - añadí mirándole seria

Me ha dicho Maya que quiere hablar contigo,  llámala cuando puedas y quedas con ella cuando sea - añadió Sofía

Vale perfecto - dije mientas tiraba el zumo a la basura

Por cierto, ¿mañana me podrás llevar al aeropuerto Enzo? - preguntó Sofía

Claro, ya me dirás la hora, ¿a dónde vais al final? - preguntó mientras dejaba en zumo en la encimera

Al final nos vamos a Marbella - añadió Sofia entusiasmada

Pásatelo muy bien - dije amable

Dos horas después me vestí y quede con Luna, avisé a Enzo y a Marc que estaban en el salón de que me iba.

¿Quieres que te lleve? - dijo Enzo girandose para mirarme

No, no hace falta, cogeré el metro - dije acercándome a ellos

Pues ya no me vas a ver Maya, me voy esta noche a mi pueblo a pasar la semana... - dijo Marc levantándose - ...espero que te quedes aquí para verte otra vez - dijo dándome dos besos

No se que haré - dije sin poder evitar mirar a Enzo, que también me estaba mirando - Pásatelo muy bien en tu pueblo - dije dándole una mirado complice

Lo haré - contestó sentándose de nuevo

Adiós chicos - dije despidiéndome

Había quedado con Luna en un pequeño bar del centro y la verdad es que caminar hasta allí fue satisfactorio, me sentía libre. Estuve pensando que hacer, no estaba cómoda en el piso de Enzo pero no tenía nada mejor y la universidad empezaría en unas semanas.

Tenía que ser valiente y afrontar mis miedos, por mi misma, iba a ser duro vivir con personas que no conocía, comer delante de ellas, sentirme observada...pero era el momento.

Además este finde semana estaríamos Enzo y yo solos, la verdad es que me tranquilizaba un poco, con él tenía confianza aunque todavía sentía mucha vergüenza.

Llegué al bar después de media hora caminando, Luna me había mandado la ubicación y ella ya estaba allí sentada.

Hola - dije sentandome en la mesa

Hey, hola, ¿cómo estás? - dijo emocionada

Muy bien, solo hace un día que no me ves - respondí riéndome

Es verdad, ¿porqué no le contaste que irías al piso? - preguntó extrañada

No tenía pensado ir, pero la verdad es que creo que me voy a quedar, llamé a mi madre ayer por la noche y le parece bien - contesté

Perfecto, ¿estás cómoda? - preguntó Luna

Bueno, poco a poco - dije nerviosa

Se que podrás, al final te gustará la compañía y todo - dijo sonriendo

Sofía me ha caído muy bien - dije devolviéndole la sonrisa

Eso ya lo sabía yo, tenéis cosas en común, llegaréis a ser amigas - dijo alegre

Estuvimos hablando hasta las nueve de la noche y después me llevo al piso, entré con las llaves que me habían dado de repuesto y llamé a mi madre.

Hola cariño - dijo cogiéndome rápido la llamada

Hola, creo que al final me quedo - dije nerviosa

Vale tranquila, pero quiero que antes de empezar la universidad vengas a verme - dijo triste

Si no te preocupes - dije intentando tranquilizarla

La verdad es que mi relación con ella nunca había sido del todo buena, creo que éramos personas incompatibles, pero no podía negar que nos queríamos mucho, al fin y al cabo solo habíamos estado la una con la otra en los malos momentos.

Ella sabía que yo estaba deseando irme del pueblo y me dió esa libertad, no podía retenerme toda la vida a su lado, tenía que ser fuerte y seguir sola.

Por otra parte, mi padre pensaba que con el hecho de darme dinero todos los meses ya lo adoraba y no era así, es verdad que le quería y siempre había tenido una debilidad con él, aún que quisiera no podía odiarlo.

Con el dinero que tenía ahorrado y lo que mis padres me daban la verdad es que tenía de sobras para vivir, no era independiente económicamente y eso no me hacía sentir mal, nunca había trabajado, pero tampoco había malgastado y mis caprichos eran siempre con propinas.

Al poco rato llegó Enzo y me contó que había ido a la biblioteca, me enseñó varios libros y entre ellos me llamó la atención La Divina Comedia, él me dijo que lo podía leer.

Después se fue de nuevo con sus amigos a cenar y de fiesta, me propuso ir pero tampoco tenía ganas, además hubiera sido una situación incómoda.

Yo me quedé viendo Netflix hasta las tantas y comiendo palomitas, la verdad es que no había comido y tenía hambre, esperaba solo no sentirme mal mañana por esto.

Estaba en el cuarto de Enzo, él dormiría en el de Sofía ya que estaba de vacaciones hasta que yo tuviera la habitación montada.

RESPIRANDOWhere stories live. Discover now