CAPITULO 16 - DIFERENTE

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2 de agosto del 2021

Había decidido continuar con la terapia y hoy me ingresaban de nuevo. Esperaba que esta vez fuera mejor que la anterior y de verdad quería recuperarme, parece que empezaba a encontrar alguna esperanza para mí.

Eran las seis de la tarde y estaba en la habitación hablando con la Doctora Martínez.

Por cierto nada de subir a la azotea - dijo en un tono amenazante

Por favor, necesito fumar - dije rogándole casi

Mira bonita, si fuera cualquier otra médica ya estarías muerta, bastantes veces he hecho la vista gorda - dijo seria y sincera

Lo sé, pero me habéis quitado el movil y puesto cámaras en la habitación, ni si quiera puedo ir a mear sola - dije echándoselo en cara

Ya sabes que quiero que salgas recuperada, conforme avances iremos permitiéndote más cosas - me contestó con una tierna mirada

Vale - dijo poniendo los ojos en blanco - oye una cosa, ¿qué tal está Enzo? - dije tímida lo que llevaba tanto tiempo queriendo saber

Esta bien, como siempre - dijo sin darle importancia a mi pregunta

¿Él me odia? - solté sin ni siquiera pensarlo
Pero bueno Maya, cómo te va a odiar - dijo molesta por mi pregunta

La ultima vez que lo vi lo parecía - dije en voz baja

Bueno supongo que no le gustó que te fueras de aquí, pero él no te odia, no es capad de odiar a nadie - dijo mirándome a los ojos

Vale, no le digas que te he preguntado - dije mirándole con cara de pena

¿Por qué?, ¿qué esta pasando entre los dos? - dijo intrigada

Nada, que iba a pasar - dije controlando mis nervios

La verdad es que no estoy segura de si realmente no pasaba nada entre los dos, desde que lo vi sentí algo raro y no me refiero cuando me lo encontré en la azotea leyendo Todo lo que Nunca Fuimos, sino cuando me lo crucé y me preguntó por la sala 5.

Cuando estaba con él sentía que lo conocía de toda la vida, sentía que podía confiar en él y lo veía tan parecido a mí, él era mi versión masculina madura y mejorada por su puesto.

No era como la mayoría de chicos que conocía, Enzo era listo, gracioso, tranquilo y tenía un punto de locura que me encantaba, nunca sabía por donde iba a salir.

El problema es que nunca se lo que siento, no creo que me guste, pero si se que me pongo nerviosa y eso me hace estar alerta, a veces he sido un poco brusca con él, pero otras veces simplemente era yo y eso no parecía molestarle.

Siempre sabia las intenciones que un chico tenía conmigo, la mayoría me veían como algo más que una amiga, algo que odiaba, porque en el momento en el que se cansaban de insistir, simplemente desaparecían. Pero con Enzo no era capaz de descifrar que quería de mí y es que realmente no lo conozco tanto.

Hacía más de dos años que no tenía una relación, solo tenía royos rápidos y uno de ellos fue Nahuel, quien me importó mucho. Aunque para ser sinceros, una relación seria nunca había tenido, solo habían sido intentos, los máximo que había aguantado era dos meses.

Supongo que tenía y sigo teniendo miedo de tener una relación, eso de abrirme con alguien no era mi punto fuerte y mucho menos dejar que me tocaran o me vieran desnuda, de sólo pensarlo tenia miedo.

Además aprendí a estar sola y la verdad es que me encanta. Es muy diferente estar sola y sentirte sola, cuando lo sientes es algo que te consume, pero cuándo lo estas simplemente disfrutas de ti y eso es lo mejor que aprendí, la soledad no es mala si es querida.

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