CAPITULO 7 - MERECER

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29 de junio del 2021

Poco a poco avanzaba, no era mucho, pero me valía, durante esta semana había empezado a comer algo sin sentirme mal del todo y por eso Luna, la Doctora Martínez, les había permitido a mis padres y a mis amigas venir a verme.

Ayer vinieron mis padres y mi amiga Ambar y aun que yo insistí en que no se quedaran a dormir, lo hicieron. Era la por la tarde y ellos se iban a ir, la verdad es que mi humor no era de lo mejor pero eso ellos ya lo sabían.

Nos vamos ya, un beso - dijo mi madre triste

Yo odiaba que me diera besos, pero en esta ocasión se lo permití.

Vendré otro día - comentó Ambar mientras me abrazaba sin dejarme respirar

Venga vámonos ya - dijo mi padre por último - espero que comas, no es tan difícil Maya

Cuando oí estas palabras de su boca antes de salir por la puerta, le odié y me odié a mi misma por el simple hecho de existir.

No era una persona, era un problema para él y lo peor es que no trataba de disimularlo, nunca me entendería.

Después de dos horas llego Gala, era la persona que más quería ver en estos momentos, la sentí de nuevo y volví a sentirme segura. Su madre hablo conmigo y poco después nos dejo solas.

A que no adivinas quién me ha preguntado por ti - dijo Gala con miedo esperando mi reacción

¿Quién? - dije asustada

Nahuel - dijo firmemente.

La verdad es que no me lo esperaba, es verdad que desde que me ingresaron había decidido no contestarle los mensajes, pero no creía que se fuera a preocupar, al fin y al cabo siempre lo hacía, siempre desaparecía y él ya debía de estar acostumbrado.

¿Qué te ha dicho? - conteste interesada

Me preguntó que sí estabas bien, no entendía porque esta vez habías desaparecido, según el te veía cambiada, le dije que no se preocupara y que a ti era a quien te correspondía contarle todo. Así que esta misma noche quiero que se lo cuentes - dijo Gala de una manera tajante

Si hombre, no puedo - contesté indignada

Si puedes y lo harás, él te entiende como nadie lo hace, después de todo debes empezar a abrirte - dijo mirándome con una media sonrisa en la cara

Gala tenía razón pero ese dolor que sentía en el pecho me decía que no podía hacerlo, tenía miedo, porque en un día bonito cualquiera sonríe a tu lado, pero ¿y en los días difíciles?, ¿quién iba a llorar a mi lado? No estaba preparada.

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23:38

Me habían quitado el gotero, por lo que podía salir por la puerta de emergencias sin ningún problema. La última vez que había estado en la azotea fue hace una semana con Enzo, desde entonces lo había visto por los pasillos y habíamos hablado un poco pero cosas sin importancia. Él hacía las prácticas de tarde, junto a su tía y las demás médicas, no era solo guapo, sino que también era amable e inteligente, además tenía una chispa de locura, que era lo que me interesaba de él.

Saqué mi paquete y encendí un cigarro, sabía que tenía que hablar con Nahuel, pero quería retrasar el momento lo máximo posible. Sonó mi teléfono y vi su mensaje.

Hola - Nahuel
Hola - Maya
¿Qué tal estas? - Nahuel
Muy bien y tu -  Maya
Bueno, ¿me vas a contar que te pasa?, no quiero seguir así - Nahuel
Mira, no sabía como decírtelo, pero no quiero seguir hablando, sabes que te tengo mucho cariño pero prefiero que nos alejemos un poco - Maya
¿Pero por qué? ¿Qué te pasa? - Nahuel
No me pasa nada - Maya
Vale, perfecto. Lo siento pero estoy cansado, siempre estas igual, no confías en mí y eres todo un enigma, creo que no me mereces, lo he dado todo ya, no te pido que te cases conmigo ni mucho menos, pero creía que podíamos ser amigos - Nahuel

Mis lagrimas comenzaron a salir, yo no quería, no quería dejar de hablar con el, pero era lo mejor, yo nunca sería una persona estable y él no se merecía que le estuviera mareando cada dos por tres, por lo que ya no contesté su último mensaje.

Supongo que tenía razón, me acababa de decir que no le merecía, con él era con la única persona con la que me había sentido querida y no, no me merecía ser querida de esa manera, ni si quiera yo era capaz de hacerlo, ¿por qué lo deberían de hacer otros?

No quería bajar a la habitación, quería quedarme allí y dejar de pensar, dejar de sentir que estaba respirando. Lo único que me podía calmar era mi canción favorita, Nací pa esto de Babi, ella para mi era la mejor cantante de todos los tiempos.

RESPIRANDOWhere stories live. Discover now