11 de agosto de 2021
Llevaba poco más de una semana ingresada, la verdad es que había puesto todo de mi parte, ya no sentía ese dolor en el estomago y la cabeza insoportable.
Además, como recompensa me darían el móvil, aunque tendría que seguir con las cámaras y avisando a la enfermera para ir al baño, pero sabía que poco a poco lo conseguiría
Llame a Gala porque hacía un montón que no hablaba con ella y la echaba muchísimo de menos, se me hacía muy duro no verla cada día, pero sabía que ella estaba feliz viajando y eso me hacía feliz a mí.
Estuvimos cuatro horas hablando en videollamada sin parar, mientras ella me contaba todos los sitios a dónde había ido y que le habían aceptado en la universidad, ella en un principio vendría a Madrid conmigo y compartiríamos piso, pero finalmente ella iría a Barcelona a estudiar.
Yo todavía no sabía si había entrado a la universidad y necesitaba encontrar piso y compañero, tenía que ponerme las pilas.
A la hora de cenar vino Luna, nunca había estado ella conmigo mientras comía, pero necesitaba saber que sentía al comer y la verdad es que aún no me sentía del todo bien, pero ya no lloraba al hacerlo por sentirme culpable.
Una vez que termine de cenar, ella se despidió de mí y se fue, pero a los cinco minutos volvió.
— Tengo una sorpresa para ti - dijo dejando pasar a la persona que estaba tras la puerta
Era en Enzo, al verlo me quedé paralizada, era lo que menos me esperaba, luego me moví nerviosa por la cama intentando colocarme bien, estaba echa un desastre y casi me muero de vergüenza, intenté calmarme pensando que él ya me había visto muchas veces así.
Entró y me sorprendió que esta vez él también estaba nervioso, ya no estaba tranquilo y pasota como de costumbre, se sentó a mi lado y me miró.
— Hola - dijo con una media sonrisa
— Hola, ¿qué tal estas? - pregunté intentando que no viera lo nerviosa que estaba
— Muy bien, ¿tú cómo vas? - respondió Enzo
— Mejor, pero eso ya lo sabrás - dije riéndome
— Si, me contó mi tía esta semana que habías vuelto y que habías preguntado por mí...- dijo tranquilo mientas me miraba fijamente
A mi en cambio, me cambió la cara completamente no sabía dónde meterme, porque le había contado que le había preguntado por él.
— ...entonces quería ver como estabas - terminó diciendo
— Muy bien - dije con la boca seca
En ese momento vi que tenía un correo, era de la universidad y lo abrí lo más rápido que puede.
— ¿Qué pasa? - preguntó Enzo confundido
— ¡Aaaaaaaaaaa!, ¡he entrado en la universidad!, ¡no me lo creo! - dije chillando con todas mis fuerzas
No me cabía más emoción en el cuerpo, así que sin pensarlo salté de la cama y abracé a Enzo.
Él no tardó ni un segundo en responder y me abrazó todavía con más fuerza, me dio una vuelta en sus brazos mientras me abrazada y yo no podía parar de reír y chillar.
— ¿Qué está pasando aquí? - dijo Luna que había entrado corriendo por los gritos
— ¡Me han aceptado en la universidad! - chille una vez más
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RESPIRANDO
Teen FictionPedir ayuda no es tan fácil como parece, sobretodo si estás convencida de que no la necesitas y si sabes que si la pides, no te la darán. A veces la ayuda no sabemos si nos salvará o terminará destrozándonos todavía más, pero llegados a cierto punto...