Cap LII: "Eres una Lupin Ahora"

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-¡Mi zapato! Ahí estabas...- Dijo Lee tomándolo de la lámpara que apenas colgaba del techo (parecía perchero ya que tenía otras prendas)- Oigan, ¿De quién es esta camisa?- Como respuesta solo recibió gruñidos de los que estaban tirados por ahí. - Okey... Pero si me entra, me la quedo-. Le echó un vistazo, tamaño considerable, no le dio mucha importancia y solo la llevó con él a su dormitorio.

-Son las cinco de la mañana Lee... Deja de hacer ruido-. Fred se encontraba acostado en un pequeño sillón junto a su cama.

-No, en verdad son las diez-. Se puso de cuclillas para hablarle.- Puagh, debes tomar agua, tienes peor aliento que Hagrid-. Hizo un abanico con su mano para dispersar el olor a alcohol.

-Déjame...- Lo empujó de la frente haciendo que se callera hacia atrás.- ¿La pasamos bien anoche? Dime que esta resaca es resultado de una fiesta legendaria-. Se agarraba la cabeza, tenía un zumbido.- Porque no recuerdo nada-.

-Con el desastre que hay afuera... Debió ser épica-. Se levantó.- Pero qué digo, claro que fue épica, yo la planee-. Y continuó acomodando cosas, cosas que no hacían la menor diferencia, el lugar seguía en un estado completamente decadente.- Y sobre recordar... En mi caso son solo momentos fugaces-. Con momentos fugaces se refería a lo que sucedió antes de que los de sexto llegaran, y un poco de ellos bailando, pero nada más.

-¿Dónde está George?- Preguntó al ver que su hermano no estaba acostado y su cama estaba intacta. Buscó en el baño y dio un vistazo afuera, solo caos, pero no del que George causaría.

-Dicen que lo vieron salir con una chica antes de que la fiesta terminara-. Fred lo vio con cara de "¿Quién te lo dijo si todos están semi-muertos a dos pasos de nuestra puerta?".- Percy, de los únicos sobrios-. Y entonces el gemelo abrió la ventana, la habitación parecía un ataúd. Ambos apretaron los ojos con dolor cuando lo hizo. La luz brillante del sol ayudaba a los que tomaron mucho de igual forma que ayudaba a los vampiros. Oyeron ese dicho: "Al que madruga, Dios lo ayuda", pues no en su caso (en días libres solían dormir hasta las tres de la tarde, las diez era madrugar para ellos), Dios no estaba ayudándolos. Algún maestro (probablemente McGonagall), entraría y vería todo, se llevarían el castigo de su vida. Tenían que intentar limpiar y encontrar a todos los Gryffindor perdidos antes de que eso pasara. -¡CIERRA ESO IDIOTA!-

Y así lo hizo.

Fin del Flash Forward

-¿No vas a ir? No puedes dejarme sola...-

-Lo siento Als, las fiestas no son lo mío-. Hermione estaba recostada en su cama, cómo siempre, leyendo un libro. Esta vez se trataba de un libro muggle, algo sobre matemáticas avanzadas.

-¿Crees que son lo mío?- Hermione le sonrió poniendo su cabeza de lado.- Nunca he ido a una fiesta en mi VIDA, además... Lee la planeó y enserio quiere que valla...- Reveló la verdadera razón por la que hacía ese sacrificio.- Y tú,- La señaló desde un rincón.- Vendrás a sufrir conmigo-. Ahora el dedo apuntaba a sí misma.

Se produjo un ruido, que no sobresaltó a ninguna, cuando cerró lo que leía con un golpe.-Sin alcohol-.

-Sin alcohol-. Puso la palma en su corazón, cómo promesa.- Solo tienes catorce, te daré ponche-. Hermione rodó los ojos, se refería a que ninguna iba a beber, pero unos tragos no le hacían daño a nadie si una de ellas estaba suficientemente sobria para ayudar a la otra. -Y si me paso, lo cual no va a pasar porque soy sumamente responsable, la fiesta es en la sala común... Dos pasos y estaremos en la seguridad de nuestro dormitorio si algo llega a salir mal, y no estoy diciendo que algo vaya a suceder-. Dejó claro la castaña. - Además, mañana es día libre. Sin clases, tiempo para descansar. ¿Te apuntas?-

-Bien, ¿Qué vamos a ponernos?- Se levantó y se acomodó junto a su amiga viendo el ropero.

-Ropa-. Contestó seguida por un suspiro.- Es la conclusión a la que he llegado luego dejar mi armario de cabeza-. Y entonces alguien entró.

-Chicas, supongo que van a la fiesta-. Era Ginny, ella estaba en segundo y apenas si la dejaban ir por unas horas. No es que hubiera alguien que se lo impidiera, pero Percy y la designada prefecta mujer de Gryffindor habían estado de acuerdo en acostar a todos los de segundo para abajo luego de las diez, cuando la verdadera fiesta comenzaría. La niña Weasley entendió al instante lo que hacían.- Veo que sí-.

-Sí vamos, pero solo si encontramos qué ponernos, -Alice comenzó a adentrarse en el guardarropa.- ¿No puedo llegar en uniforme cierto?-.

Ginny largó una risita.- No, no puedes-. Se adelantó y la quitó de su camino, velozmente se arrepintió de su acción bruta y se volteó a hacia ellas de nuevo.- Lo siento, no quise--

-Está bien, parece que sabes más sobre esto que nosotras-. Le dijo Alice con una sonrisa, ella se la devolvió antes de continuar con lo suyo, hurgar en la ropa de las chicas.

-Angelina me enseñó una o dos cosas sobre maquillage y moda,- Comenzó a contar mientras revoleaba las prendas ya desordenadas por todos lados.- Mis hermanos no saben nada sobre eso y tuve que aprender yo misma... Maquillándolos y vistiéndolo a con ropa de mamá-. Sacó de atrás de todo una falda cuadrillé con tonos rojizos e interrumpió su relato.- Ésta, Lee dijo que llevar algo rojo era obligatorio-.

-No soy mucho de faldas la verdad...-. La miraron de forma peculiar, más cercano a "Estás loca".

Interrumpiendo el silencio Granger habló.-Usas falda todos lo días-.

-Si...-.

-Solo te la pruebas...- Tomó una remera negra de mangas largas de una percha y se la entregó.- Con esta, y me dices si te gusta... Sino, puedes ponerte uno de esos moños rojos que hay ahí--

-Sin moños-. Sentenció. Los moños eran cosa de su madre, perdón, tía.- Será la falda-. Y se metió en el baño.

-Y tú no te escapas Hermione, encontraremos algo rojo para ti también-. Dijo la estilista y se puso a buscar.

◇ • ◇ • ◇ • ◇ • ◇ • ◇ •

-¿Listo? Llevas ahí un buen rato...- Tocó la puerta Hermione, quien ya estaba lista, al igual que Ginny. La pequeña se quedó esperando a que saliera, quería ver si lo que había escogido para Alice estaba bien o si le había fallado. - ¿Als? Voy a pasar...- Y entonces abrió.

Encontró a su amiga viéndose al espejo perdida, no tenía ni siquiera los zapatos puestos aún. Solo estaba ahí parada sosteniendo una tijera en su mano.

-¡Alice!-

-Lo corté. Lo corté... Se sintió increíble...- Su coleta, en la otra mano, estaba ahora separada del resto de su cabello.- Está corto... ¡Está corto!- Soltó el pelo restante y la tijera haciendo que cayeran al piso, ahora su cabello castaño rozaba sus hombros. Cubrió su boca con ambas manos y sus ojos se pusieron llorosos.

-¿Qué paso?- Preguntó la Weasley entrando mientras Granger se apresuraba a tomarla de los hombros. Sus ojos se abrieron cómo dos lunas.

- Está bien...- La giró para que la abrazara.

-Eso era lo único...- Sus manos, por debajo de los brazos de su amiga, temblaban.- Era lo único que me detenía, me estaba anclando a ella Hermione...- Hablaba de Claire, el tener el cabello largo, los moños, los vestidos, esos días todo le recordaba a su "madre". No podía aguantar el verse en el espejo y solo verla a ella. Lo que más le molestaba era que todo su ser la devolvía a sus días cómo Fios, hubiese deseado ver a Lupin en el reflejo, o a su madre real, pero no... Tenía que ver a la mujer que había arruinado su vida, la mujer que había parado el encuentro con su padre, todos esos años de tener la vida que se merecía desperdiciados, y solo por dinero.

-No tienes que verla jamás, nunca más-.

-Eres una Lupin ahora-. Se acercó la de doce también. Años más tarde se lo hizo saber, pero en ese entonces Ginny no sabía lo mucho que esas palabras habían cambiado su vida. Era una Lupin, tanto de sangre como de corazón.







Las Ventajas De Ser Observador [George Weasley]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora