Cap XLIV: ¡Tará!

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-Un poco más... Un poco más...-

-No puedo ir más alto George, estás pesado y te vas a caer-. Decía Oliver. -No podemos perder otro jugador-.

Voces ahogadas se escuchaban desde fuera del baño, despertando a una chica que apenas pudo pegar un ojo en toda la noche. La bañera estaba dura, y las toallas no eran del todo calentitas. Nada calentitas en verdad, eran toallas.

-Un poco de voluntad Oliver...- ¿También Fred? Y todos se escuchaban haciendo fuerza. Alice se tomó de los lados de la bañadera y se levantó, casi muere resbalándose, pero casi moría bastante desde que llegó a Hogwarts. Se le hizo costumbre y solo lo dejó pasar. - ¡Abre la ventana!- Se le escuchó gritar. La voz de Fred era un poco más grave que la de George, así que ella pudo distinguir quién lo dijo.

-¡Está cerrad-- Oh, hola Alice, ¿Me abres?- Señaló el cerrojo de la pequeña ventana. -Estoy en una situación un poco- Miró hacia abajo. -Suicida-. Ella se acercó a la ventana, la abrió hacia adentro y de puntitas sacó la cabeza, sus narices casi se tocan.

-¡HOLA ALICIA, BUENOS DÍAS!- Sonrió el gemelo desde abajo. - ¡¿Nos ayudas?!- Oliver y Fred estaban montados sobe sus escobas, el capitán traía otra (de George), debajo de su brazo. El gemelo del lunar estaba siendo sostenido por sus compañeros, uno cada pierna. Él colgaba del marco de la ventana para que... Bueno, su cara y la de Alice no se chocaran.

-¿¡Lindo día no crees?!- Forcejeaba Wood. - ¿¡Nos das una mano!?- Luego de subir la mirada a George, quién sonreía inocente, Fios alejó su cara. Estaba un poco adormilada y no se había dado cuenta de que el pobre chico aún seguía colgando, con riesgo de caer en un abismo y morir. Entonces tomó una de sus manos y tiró hacia adentro. Con toda su fuerza. Su largo cuerpo entró por la ventana y este calló casi de cabeza al piso.

-¡Todo bien!- Levantó su pulgar para darle un señal a los chicos, ellos se fueron y cuando se volteó se encontró (otra vez) con una desalineada Alice. -¡Tara!- Entonces ella, con su cara de "Acabo de despertar, oh espera, nunca logré dormir" tomó el picaporte de su puerta. Le quitó el cerrojo y la abrió aún mirándolo a los ojos. - Esa hubiese sido una inteligente solución-.

-¡Casi mueres!- Señaló agresiva la ventana.

-Pero no lo hice- Sonrió.

-Y qué si yo-¿Si estaba desnuda? O tomando una ducha o--

-Bueno... Esto sería mucho más incómodo, pero no lo es...- Abrió los brazos. Ella solo lo miraba, aún seria. - Lo siento, debí preguntar-. Terminó.

-Si debiste-. Volvió a sentarse en la bañera. -Ni siquiera me lavé la cara. Y tengo hambre, y no dormí. Y-- Iba a contarle lo que encontró, pero en lugar de hacerlo solo hundió su cabeza en el blanco de la bañadera. Desde el punto de vista de George, solo sus rodillas se veían. Escuchó un sollozo que rebotó en las paredes de dónde se encontraba la castaña. Entonces se aproximó a ella y puso un pie dentro.

-Hazte para allá-. Ella lo miró. - Hay vamos, ya creen que dormimos juntos. Además no hay nadie y tenemos la ropa puesta-. Alice volvió a apoyar su espalda derecha, y se movió para dejarle lugar, apenas si entraban. - Quieres...-

-No, no quiero hablar de ello-. Se limpió la lágrima.

Levantó su brazo, quería pasarlo por detrás de sus hombros -¿Puedo?- La miró. No había problema, cómo dijo, nadie estaba ahí. Alice apoyó su cabeza en su pecho, aún estaba dolida y él estaba ahí, arriesgando idiotamente su vida escalando una ventana que daba al abismo para hacerla sentir mejor. Era un buen... Amigo. Al sentir su cabeza sobre él George sacó un poco el pecho tomando un respiro, intentaba hacerse el macho. No hay otra forma de explicarlo, lo siento. -Las clases van a--

-Shhh- El latido de su corazón había aumentado, extraño, pero Alice ya lo había bloqueado (igual que a su propio corazón acelerado). Finalmente estaba pudiendo dormir, en cambio George estaba bastante despierto, cuando la vio cerrar los ojos intentó respirar menos. Y lento, para que no se levantara. Cuando los dos estaban "cómodos", Alice se movió unos centímetros para no molestarlo mucho. El Weasley lo entendió cómo que quería que quitara su brazo, cuando lo levantó...

-CARAJO-

-MIERDA-

Su codo había abierto una de las llaves y estaban justo, justísimo debajo de la regadera. Cómo pueden imaginar ambos estaban empapados, con el agua caliente en sus ojos ninguno podía encontrar el grifo, a ciegas ambos intentaban, pero nada. Gritaban:

-¡Apágala!-

-¡Eso intento! ¡¿Qué no ves?!-

-¡No, no puedo ver GEORGE!- Pero de pronto su tortura se acabó con la llegada de un ángel. Un endemoniado ángel.

-Tú no puedes estar en los cuartos de las niñas,- señaló a George.- Y tú... ¡No puedes tener un niño en tu baño!- Dijo con su voz chillona, su voz de cuando se enojaba. George miró a Alice, Alice a George y ambos a Hermione. Rieron con sus caras rojas y pelos en los ojos. - Y no-- Sonrió, quería carcajearse también, pero debía mantener postura. - Se rían-- Fuera los dos-. Señaló la puerta que ahora se encontraba abierta. Con ayuda mutua se levantaron, ambos se resbalaron siendo atajados por el otro. El cabello de George era sumamente más largo de lo que parecía, sus ojos y cejas estaban cubiertos por él. Salieron directamente a la sala común, sin pensarlo. Deberían de haberlo pensado.

-Ha- Dijo Fred impactado. -¿Una ducha?-

Lee estaba ahí también, dejó caer su periódico. -Que esta...- Su cabeza quería salirse de sus hombros. Y no le hubiera molestado que pasara.

-Las cañerías,- Dijo Alice al ver que ellos no eran los únicos que los observaban.- Se rompieron...-

-Destrozadas, agua por todos lados-. Explicó el Weasley corriendo su cabello para poder ver a quien le hablaba.

-Cañerías... Rotas... ¿Esa es su excusa?-

-No es excusa Fred, cierra la boca-. Lo cortó George. El otro solo levantó los brazos. Con sus palmas abiertas y una ceja levantada se volteó y se dirigió a su dormitorio. Qué mente sucia Fred. Su gemelo fue corriendo tras él, a cambiarse. Alice saludó con la mano a los seis o cinco chicos que se encontraba ahí y retrocedió unos pasos, luego cerró la puerta. Dio un suspiro, la tensión en ese ambiente, Madre Santa.

◇ • ◇ • ◇ • ◇ • ◇ • ◇ •

-Aún me arde la cara-. Se tocaba los cachetes Fios, el color rojizo había disminuido bastante desde la mañana, pero no completamente. Se dirigían a clase, luego de haberse arreglado.

-Va a mejorar-. Intentó contribuir amable Oliver.

-Eso si no vuelves a bañarte con George-. Murmuró Lee, apenas se dirigieron palabra en el desayuno y la miraba molesto durante el primer período en Adivinación.

Las Ventajas De Ser Observador [George Weasley]Onde histórias criam vida. Descubra agora