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"... Explícale a la vida,

que yo no quería

ser unos de sus

Guerreros más fuertes..."

Pov San

El teléfono volvió a sonar, y lo cogí con rapidez

-Shiber, la palabra clave es Shiber, recuerde... le daré la vida de él a cambio de la suya y de la vida de mi pareja- dijo serio.

-Vale, vale, te doy a tu pareja y me das al chico- solté.

-De acuerdo- asintió.

-¿Dónde?- pregunté.

-En el puente de la carretera 34 lado sur, en cuatro horas- respondió.

Colgué.

Arrastré de la ropa a Jisung hacia el coche, de camino llamé a Yuta a avisarle que iba hacia allí con un rehén, que le avisara a Mingi para que esté listo.

Al llegar, fue él quien se acercó al coche a sacarlo y atarlo a un silla en medio de la sala lejos de todos.

WinWin le miraba con miedo desde su lugar, ya luego le explicaríamos lo que estaba pasando.

Organicé unos cuantos movimientos, eligiendo las armas correctas y poniéndome de acuerdo con ellos.

Yuta no iba a matar, pero serviría al menos como refuerzo en caso de necesitarlo.

Mingi era otra historia, su hambre de sangre era voraz, más cuando se trataba de este tipo de injusticias.

Después de organizar toda la movida, les miré a los ojos a los dos y les dije las palabras que ninguno quería escuchar.

Las instrucciones de lo que debían hacer después, conmigo, con mi recuerdo y con mi cuerpo.

Ambos tragaron saliva con un ruido que retumbó en toda la sala, pero ninguno dijo nada, apenas un movimiento de asentimiento con la cabeza y eso fue suficiente para mí.

Dejé a Mingi vigilando a Jisung y me fui un momento a la habitación a buscar algo de ropa.

Saqué el teléfono y llamé:

-¿Hable?- preguntó.

-Jisoo, soy yo, no cuelgues por favor- le pedí.

-Creo que Wooyoung está vivo- dije serio.

-No puedo soportarlo más- susurro con la voz rota.

-Coge la carretera hacia Rosario, sal en la salida 2 hacia la carretera 34 lado sur, te espero dentro de dos horas- dije y colgué.

Me senté en la cama y saqué la agenda de Wooyoung.

Busqué un bolígrafo y le escribí una explicación, una carta y una despedida.

Mientras escribía, miraba su foto en la pantalla del teléfono, él iba a volver a sonreír, él iba a vivir.

Cuando llegó la hora de marcharnos, partimos los cuatro en el coche, dejando a WinWin con un nudo en la garganta y la promesa de que Yuta volvería sano y salvo.

Agitó la mano en señal de saludo y cuando me miro a mí, llevo su mano abierta hacia su corazón y una lágrima le cayó.

Aquello me conmovió de tal manera, que simplemente aceleré porque ya no podía mirarlo más.

Llegué al punto donde debía dejar a Mingi, él ya estaba listo, pero antes de bajarse le dio unos seis golpes a Jisung dejándolo bastante atontado.

My Cold Revenge Woosan  SanwooWhere stories live. Discover now