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"... No sé qué me duele más...

Si la tristeza de saber

Que ya no estas...

O la soledad que me recuerda

Que ya no volverás..."

Pov San

Yuta me llevó a un almacén en las afueras de la ciudad.

Parecía un sitio abandonado, pero yo sabía que allí dentro había todo lo que pudiese imaginar.

-Aquí tienen lo que pusiste en la lista y más- aclaró mi amigo.

Yo asentí con la cabeza y me adentre silbando al ver todo lo que había sobre la mesa.

Después de un rato escogiendo armas, teléfonos desechables, explosivos y demás cosas que necesitaría, guarde todo en un enorme bolso de tela que llevaba conmigo.

-San, con eso puedes matar a medio país- afirmó Yuta mirándome serio.

-Si es necesario lo haré- le dije sin mirarle.

-San, ¿qué quieres lograr?- preguntó girándome del brazo.

-Quiero matarlos a todos, y...- dejé la frase en el aire mientras me pasaba la mano por el rostro apretando los labios.

-Quiero su cuerpo, para darle la despedida que se merece- confesé mirando hacia la nada.

-Estoy contigo amigo- dijo dándome un medio abrazo de lado.

-Ahora vámonos de aquí, ya tengo todo lo que necesito- solté agarrando el pesado bolso para cargarlo en el maletero del auto.

Saqué la libreta de Wooyoung y busqué el teléfono para llamar, marcando el número de la tarjeta que tenía en la mano.

-¿Diga?- se escuchó del otro lado

-Beomgyu soy yo- saludé.

-Choi San- dijo.

-Necesito el nombre y la dirección de alguien cuyo número de matrícula es HJ36575 me falta el último dígito, así que necesitaré todas las combinaciones- pedí.

-¿Y cuando me dirá cuál de los diez es?- preguntó.

-Con el tiempo- respondí.

-¿Como contactaré con usted?- me cuesionó.

-Yo le llamaré- afirmé

-San, Jeonyun dice que es un asesino, él es quien me proporciona la información,¿puedo fiarme de usted?, es decir cuando llegue adonde nosotros no podemos llegar ¿nos dará toda la información y los nombres de los implicados?- demandó.

-Lo haré... si dejo alguno vivo-aclaré.

-Está bien- asintió.

Tras colgar aquella llamada fuimos otra vez al hospital veterinario para que me hicieran la curación y cambiaran los vendajes, ya que en ningún momento había dejado de sangrar.

Mingi tardaría unos días en llegar, cuando lo localizamos estaba en Colombia, no era necesario preguntar qué hacía allí.

Aquella noche, en casa de Yuta, mientras cenábamos me puse a observar a WinWin.

Pensando en Wooyoung, se me estrujó el corazón cuando reconocí los libros, cuando observé el logo del colegio en las libretas que tenía extendidas sobre la mesa.

My Cold Revenge Woosan  SanwooWhere stories live. Discover now