🧡 3 🧡

1K 112 104
                                    

"... Haz algo en lugar de matar el tiempo.

Porque el tiempo es lo que te está matando..."

Pov San

En cuanto bajé del avión y atravecé las puertas de llegada del aeropuerto, pude ver entre la gente que había reunida la cabellera revuelta de mi gran amigo.

Corrí hacia él con unas ganas locas de verlo.

Desde que volvimos de Irak hace dos años nos separamos.

Se mudó a México por lo que perdimos todo contacto y no volvimos a vernos.

Él era mi familia, mi hermano, mi compañero y mi amigo.

Le extrañaba demasiado.

—¡¡Yuta!!—, grité abrazándolo con fuerza.

—¡San, amigo!, ¡¡pensé que estabas muerto cabrón!!, ¿no sabes que existe el teléfono acaso?— dijo dándome un par de golpes en el brazo derecho.

—¡No sabes lo que me costó encontrarte!, pero bueno, ya estas aquí y vamos a divertirnos un poco estos días— afirmó sonriendo pícaro.

—Ya, ya tranquilo... solo quiero cambiar un poco de aire, no montarme un tour de fiesta en fiesta— reí colgando mi bolso al hombro.

—Ese es el estilo Yuta, ¿o se te olvidó?— dijo con una sonrisa ladina.

— ¿Esta vez que toca,esposo o esposa?— pregunté curioso.

—Ya verás— afirmó.

—Eres una caja de sorpresas, pero apuesto a que si te aguanta todos los días es mujer...— solté burlándome.

Al llegar a su casa y poner un pie en la entrada sonreí murmurándole —¿no era que habías cambiado de estilo de vida aquí? ¿que ahora eres un hombre serio y responsable?—

Mientras, paseaba mi vista por todo el jardín donde chicas en bikini tomaban sol y se paseaban por ahí con sus copas en mano, meneando sus grandes caderas al compás de la música que sonaba por todos lados.

Una preciosa chica se nos acercó y Yuta no demoró ni un segundo en agarrarle el trasero con ambas manos y comerle la boca.

Yo carraspeé y reí al darme cuenta de que mi amigo podía perder el pelo pero no las mañas.

—San esta es Solar, mi hermosa mujer— la presentó con una sonrisa traviesa.

—Así que tú eres la razón por la que mi amigo me abandone en Estados Unidos... no lo culpo, yo también lo hubiese hecho—. Dije dándole un beso en la palma de la mano a lo que ella enrojeció.

—Eee, no te pases— gruñó Yuta en mi oído.

—Tráeme una copa que yo te cuido tu mujer mientras tanto— bromeé empujándolo hasta la barra del bar de la piscina.

Minutos más tarde volvió con algo para comer y bebidas.

Nos sentamos en una de las reposeras que rodeaban la piscina con ambos vasos con whisky y hielo en la mano.

—Te va bien aquí...— dije contento.

—Costó un poco, pero al final me adapté y ahora soy feliz aquí, este país es muy diferente, nadie sabe quién soy ni lo que fui, es como empezar de cero otra vez— aclaró

—¿Cómo has hecho para olvidar?— pregunté mirando hacia la nada.

—Esas cosas no se olvidan San, pero aprendí a convivir con ello— aseguró sirviendo ambos vasos otra vez.

My Cold Revenge Woosan  SanwooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora