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"... La oveja confía en que el lobo nunca vendrá.

El perro pastor vive y entrena para ese día..."

Pov San

La mañana siguiente prometía ser tranquila.

Jisoo y su marido se presentaron a un lado del coche con sus maletas listas y muy bien arreglados.

-Señor Choi, después de dejar a Woo en el colegio nos llevará al aeropuerto, estaremos todo el fin de semana fuera, hasta que volvamos Wooyoung está a su cargo- dijo Rain educadamente.

Yo instintivamente desvíe la vista al chico que sonreía malicioso por lo bajo y aseguré: -por supuesto-.

Al sentarse todos en el coche, Rain me dijo con tono indiferente: -Esta tarde traerán el encargo que hizo Señor Choi, es muy fácil de instalar, pero no entiendo muy bien donde lo pondrá ni que quiere lograr con eso-

Suspiré.

Miré por el retrovisor a su mujer y su hijo, ella escuchaba atenta la conversación, mientras él, como siempre, escribía algo en su agenda.

-Cuando lo tenga todo colocado quizá le explique el porqué, de momento no lo diré- aclaré mirando hacia afuera como dando por acabada la conversación.

Fruncí el ceño ante la imagen que se veía en mi espejo lateral.

Un coche que ya había visto días atrás venía siguiéndonos un poco lejos, pero no lo suficiente como para que alguien con mi experiencia no lo notara.

-Wooyoung ¿me dejas una hoja y un lápiz?- pregunté con voz tranquila.

Cuando me extendió el papel intente sobre mi pierna escribir el número de la matrícula, pero un ciclista se cruzó delante y tuve que frenar de golpe.

Al volver a levantar la vista el coche ya no estaba.

-Ya se acostumbrará al caos que es conducir en México- dijo Jisoo riendo.

-Claro, mis disculpas- pedí volviéndome a concentrar en el ajetreado tráfico.

Aquella tarde el chico tenía entreno de natación, aunque la zona deportiva perteneciera al colegio era un lugar abierto, así que me vi obligado a permanecer allí, a un costado de la piscina observando a los niños nadar.

Era la primera vez que veía a Wooyoung sin camiseta, no fue difícil entender por qué el chiquillo era modelo.

Para lo pequeño que era tenía un cuerpo muy bien formado, con las abdominales bastante marcadas y aunque no tuviera mucha masa muscular tenía unas piernas fuertes, y el cabello mojado cayéndole por la frente le borraba aquella aura de niño convirtiéndola en una imagen bastante sexy...

Me di una bofetada mental por las cosas que estaba pensando e intente concentrarme en la voz del instructor.

Nadaba muy bien, mucho más que los demás, y era rápido, pero la mente le traicionaba a la hora de echarse al agua.

Cuando las dos horas acabaron, le tiré la toalla para que se secara y me dio una mirada de pocos amigos.

Ya en el coche de vuelta a casa, el iba inmerso una vez más en su agenda.

-¿Qué tanto escribes ahí?- pregunté para romper un poco el hielo.

-Todo, lo que me pasa, lo que pienso, lo que siento- afirmó sin levantar la mirada.

-¿Una especie de diario?- cuestioné.

-Algo así, ¿sabes?, escribí el número de la matrícula, solo me faltó el último dígito- dijo orgulloso.

My Cold Revenge Woosan  SanwooWhere stories live. Discover now