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"... Hay abrazos en los

que simplemente

te quedarías a vivir..."

Pov San

El fin de semana siguiente, el sábado, era mi día libre.

La familia Jung había organizado una pequeña fiesta con barbacoa en la mansión, para celebrar que cumplían 20 años de casados.

Algunos parientes y amigos de Wooyoung pasaban el día entre la piscina, bailando y jugando.

Yo salí apenas para comer, pero me volví a mi habitación cuando vi las intenciones de Jisoo de presentarme, según me había dicho ella días antes, una de sus amigas ricas era soltera y yo le había parecido como mínimo "interesante".

Yo no tenía el menor interés en socializar con la gente que allí había, así que me mantuve escondido hasta que llegó la tarde y decidí irme a casa de Yuta a distraerme un poco.

Al momento de acercarme a Rain para avisarle que saldría y me llevaría el coche, un grito se escuchó desde el jardín.

Era la voz de Wooyoung.

Automáticamente salí corriendo hacia allí con sus padres por detrás.

Le habían dado un golpe fuertísimo con la pelota en la nariz y sangraba abundantemente.

Estaba de pie, tambaleándose, gritando y mirándose las manos bañadas de sangre.

Lo agarré por detrás evitando que se desplomara en el suelo y le dejé de rodillas, sujetándole con un brazo por el pecho mientras con la otra mano le tapaba los ojos para que no mirara lo que pasaba.

Su padre me tiró desde la distancia un trapo que había por ahí para que le contuviera la hemorragia, mientras su madre corría a buscar hielo.

Wooyoung apenas podía respirar, sentía su pecho levantándose con fuerza intentando coger algo de aire.

Acerqué tanto como pude su espalda a mi pecho, mientras le susurraba al oído: -tranquilo... no pasa nada, estoy aquí...-

Sin quitar la mano que tapaba sus ojos, le hice señas a sus amigos para que trajeran agua y le lavaran las manos.

-Wooyoung respira a mi ritmo, hazlo cuando yo te diga, inspira... expira... inspira... expira...- le decía con voz tranquila.

Cuando dejó de sangrar coloque un poco de hielo sobre el puente de su nariz, él no podía ni sostenerse, si no fuera por mi brazo que le sujetaba con fuerza, ya estaría desvanecido en el suelo.

-Jisoo tráeme una camiseta- le exigí a su madre, quien acató la orden enseguida volando hacia el interior.

Cuando regresó con la camiseta, le quité como pude la que él llevaba llena de sangre, intentando no dejarle mirar en ningún momento.

Una vez le puse la nueva, y me aseguré de que no tuviera manchas de sangre en ningún sitio de su cuerpo, le murmuré con voz pausada.

-Ya pasó... no hay sangre, solo fue un golpe, todo está bien, abrirás los ojos y verás que no hay nada.

Lentamente fui quitando la presión de mi mano y automáticamente miró sus manos.

Soltó todo el aire de golpe cuando vió que no había rastros de sangre.

Yo aún le mantenía sujeto por el pecho, él se giró escondiendo la cara en mi cuello y empezó a llorar desconsolado.

Me dió muchísima pena ver la fuerza con la que su puño se aferraba a mi camisa.

My Cold Revenge Woosan  SanwooWhere stories live. Discover now