Mi Mejor Amigo (AD #1) [COMPLETA]

17.- Jessica

Jane

El martes por la mañana llego a la escuela con un solo objetivo: buscar a esa bruja de cabello rubio y sonrisa falsa.

En las primeras horas tenemos materias extraordinarias, así que ella está entrenando a sus chicas en este momento. Me dirijo directamente al campo de fútbol, donde también entrenan las porristas. Ni siquiera me dirijo al casillero a guardar mis cosas ni mi mochila, solo camino lo más rápido que puedo hacia mi objetivo.

La veo, ella en el suelo observando a su equipo mientras que las chicas están en una torre, algunas en el suelo sosteniendo a las otras, quienes muestran su elasticidad.

Me acerco a Jessica y ella me mira de pies a cabeza, como si estuviera evaluandome.

—¿Qué? ¿Quieres unirte a mi equipo? —me pregunta con sus típicas sonrisas falsas—. Bueno, si quieres de esa forma, tendrás que bajar cinco kilos en esta semana, deberías ser más liviana para ser porrista.

Le doy una sonrisa falsa, imitando la suya.

—Y tu deberías callarte tu estúpida boca —le digo y tomo su muñeca, ella levanta una de sus cejas recién depiladas—. Ven conmigo, debemos hablar.

—Estoy ocupada, Jane.

—Y yo no tengo paciencia. Ven.

La jalo, escuchando sus quejas y lloridos, ganándonos miradas de todos. Siento la mirada de Travis, quien está estirando su cuerpo en el césped, pero lo ignoro por completo mientras me dirijo con Jessica hacia los baños. Cuando entramos, cruzo el pestillo para que nadie nos interrumpa. Ella frunce el ceño.

—Jesús, ¿que carajos te pasa?

—¿Por qué carajos me dijiste que Dove y Travis se habían involucrado? —pregunto, sin rodeos.

Jessica empieza a acomodar su abultado cabello mientras se mira en el espejo.

—Porque lo hicieron.

Me río y me acerco un paso a ella, cruzando mis manos sobre mi pecho.

—No te creo nada, ya se que es mentira.

Ella pone sus ojos en blanco y me mira, aun sosteniendo su sonrisa falsa clásica.

—Vaya, la dulce e inocente Jane Beatle tiene una mente sexual y podrida —se ríe—. Tranquila, gatita, no te dije en qué manera se involucraron. Tú sacaste tus propias conclusiones y no dejaste que el pobre Travis te explicara —saca un labial rosa chicle de su sujetador deportivo—. Además, ¿por qué te afectaría tanto? ¿No son sólo mejores amigos? —su rostro se ilumina y sus ojos brillan—. O… ¿están cogiendo?

—Sí —digo, sin rodeos y me acerco más a ella. Es mucho más alta que yo, pero me siento intimidate cuando su sonrisa se borra poco a poco y me mira con cautela—. No metas a Travis en tus chismes o situaciones, Jessica. Él está tomado.

Levanta una ceja.

—¿En serio están cogiendo?

—Es más que eso —tomo su labial y me lo empiezo a aplicar mientras me miro al espejo y abro la boca como un pez—. Así que es mejor que lo dejen en paz. Sé que el tuvo algo contigo y Dove, y tal vez con la mitad de la escuela —le entrego su labial mientras aprieto los labios y los suelto en un "pop", esparciendo el labial correctamente; ella solo me está dando su mejor cara de póquer—, pero ahora él está conmigo. Solo quiero dejar las cosas claras.

Jessica vuelve a poner sus ojos en blanco.

—Tranquila, gata, guarda tus garras. Él no es mi tipo —sus ojos se fijan en el espejo nuevamente y empieza a acomodar su pecho en el sujetador deportivo—. Travis es lindo, pero me gustan los hombres mayores.