Traducciones Dazatsu

Solo tu y la luna. One-shot. II

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Semana 2.

"Normalmente odio la mitad de las obras que pinto."

Su voz era apagada, pero parecía tronar en el silencio de su habitación de hotel. Dazai olvidó cómo comenzó la conversación, cómo terminaron acostados en sus respectivas camas, susurrando inseguridades al santuario que crearon. Fue tranquilizador, pero el nivel de vulnerabilidad que necesitó lo sacudió hasta los huesos.

Fue un alivio que Atsushi estuviera en un estado similar, incómodo pero dispuesto a compartir piezas a la vez.

"¿Por qué las odias?"

"No lo sé." fue la débil respuesta de Dazai. “La gente dice que son buenas, pero... mirarlas me da vergüenza, en cierto modo. Puedo hacerlo mejor de lo que acabo de pintar, y se nota."

“Entiendo.” dijo Atsushi. Revolvió las sábanas y se centró en el techo. “Quieres hacer tu mejor trabajo, pero hay mucha presión. No quieres decepcionar a nadie, pero sientes que lo estás haciendo. Es como si nada fuera lo suficientemente bueno."

Era aterrador cómo Atsushi expresó los pensamientos exactos de Dazai en palabras, de una manera que solo podía esforzarse por hacer. "Sí, eso es precisamente." Se pasó una mano por la cara, tirando de su piel. "Lo expresaste demasiado bien, Atsushi-kun."

Una risa tensa. “Yo también tengo esos momentos. Solía ​​preguntarme por qué incluso asistía a la universidad, en algún momento, no parecía que valiera la pena. Hay miles de fotógrafos y diseñadores gráficos en el mercado, y nada me distingue de ellos. Me comerían vivo en la industria."

“He visto tu trabajo, las fotografías y los cortometrajes." Dazai se volteó sobre su costado, observando el perfil lateral de Atsushi. “Son extraordinarios. Es como si hubieran sido sacadas directamente de una película de fantasía 4K o algo así. La industria debería estar asustada, en todo caso, porque están a punto de ver una potencia."

La comisura de la boca de Atsushi se arqueó. “Apuesto a que esa fue la reacción de todos cuando abriste tu taller. Una leyenda se dedica a la enseñanza."

"No me lances el cumplido."

"Puedo hacer lo que yo quiera."

"Supongo." Dazai trazó la silueta de Atsushi, delineada por la luz de la luna. "Mañana saldremos del hotel y nos trasladaremos a la casa alquilada. ¿Estás emocionado?"

El pecho de Atsushi se elevó, una inhalación. "No puedo esperar para estar a un par de minutos a pie de la playa." Giró la cabeza ligeramente, conectando su mirada con la de Dazai durante unos segundos. “No quiero parecer pegajoso ni nada por el estilo, pero ¿quieres volver a estar juntos en la habitación? Entiendo si quieres cambiar las cosas, así que... "

"Estaba a punto de preguntarte lo mismo." dijo Dazai, lamentándose cuando los ojos del atardecer lo abandonaron. "Creo que me he sentido cómodo contigo, Atsushi-kun."

El rubor en la cara del más joven fue desenmascarado con la ayuda de la luz de la luna. Era increíblemente bonito, y a Dazai le dolía el corazón. ¿Quizás esto fue un problema médico todo el tiempo? Eso sería más fácil de manejar que los sentimientos en ciernes que lo enredaban, un agarre como un vicio en las fibras de su corazón.

Los sentimientos, sin importar cuán dulces fueran, sacaron voces siniestras de las profundidades de Dazai. ¿Era capaz de amar de verdad a alguien? ¿Valía la pena amarlo? Si lo era, si tenía la fe para llamar amor a una conexión, ¿se merecía ese placer? Solo terminaría lastimando a la otra persona al final del día. Dazai era propenso a hundirse, cayendo más y más profundamente en un abismo en varias ocasiones.