Capítulo dieciocho

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—Mejores de las que tú te imaginas —comentó, y que por cierto capté su tono burlón.

— ¡Clary! —exclamé, tratando de calmar su tan gran humor al querer molestarme.

— ¿Qué? Sólo he dicho que me has contado muy buenas cosas sobre Ashton.

Esta era una de las desventajas de tener ceguera: el no poder agregarle una mirada en la cual demostraras el gran fastidio que en ese momento sentías… y eso era justamente lo que me estaba pasando.

Después de tan aquella humorística y divertida situación para Clary y vergonzosa para mí, esperamos a Clary hasta que terminara su turno. Los dos caminamos a la pequeña cafetería que estaba en el primer piso, Clary nos alcanzaría en cinco minutos.

— ¿No desayunarás nada? —me preguntó, tomando mi mano y delineándola con uno de sus dedos.

—Ya desayuné en casa de Luke, gracias. ¿Tú no desayunarás?

—No, comí un pan tostado después de dejarte.

— ¿Un pan tostado? —pregunté de manera: “¿Estás bromeando?”.

—Sí, realmente me dio flojera hacerme más de desayunar —contestó.

— ¿En serio, Ash?

—En serio, Vanessa —repitió y después acarició mi mejilla lentamente.

Me removí en la silla antes de que pudiese caer de una forma completamente estúpida por la sensación que provocó eso que hizo. No me refería a una sensación horny, pero tengo que admitir que se sintió demasiado bien, además de sentirse como si fuese algo nuevo. Algo que Derek jamás hizo de la manera en que Ashton lo hacía: delicada y cálidamente.

— ¿No tienes frío? —preguntó, sacándome de lo que él había provocado en mí.

— ¿Tú tienes frío? —pregunté de vuelta.

—Sí, sólo traigo esta estúpida playera.

Alcé mi mano y sentí sus brazos. Estaban fríos, pero estaban bien formados.

— ¿Y traes tus gafas de sol como yo ahora mismo?

—Por supuesto que las traigo. Recuerda que nosotros dos somos especiales por traer gafas de sol dentro de algún lugar —dijo y me dio un pequeño golpe en el brazo en señal de cómplice… o eso fue lo que yo creí.

—Sé que en el fondo estás riéndote de mí.

—Por supuesto que no lo hago.

—Pues yo siento que lo haces.

Negó en un susurro y me abrazó. Me abrazó de la forma en la que una persona hace cuando no quiere soltar a la otra, de esa manera lo hizo.

Sentí su cabello picar un poco mi cara, provocándome cierto cosquilleo en el cuello. Después, pude sentir cómo su mano viajaba hasta apretujarme más a él. Un apretujón como lo había sentido y descrito: como si no quisiese soltarme jamás.

Era demasiado lindo para ser verdad. Era demasiado para mi suerte y mi realidad… era demasiado para mí. Esto era algo completamente diferente a lo que siempre había estado acostumbrada con Derek. Odiaba la palabra comparación y todo lo que tenía que ver con ella, pero realmente había una gran diferencia entre Derek y Ashton.

— ¿En qué estás pensado? —susurró a mi oído suavemente.

—En que me gusta que me abraces de esta forma.

— ¿Y cómo describirías este abrazo?

—Perfecto para estar en la cafetería de un hospital —bromeé.

Blindness || a. i.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora