5 minutos en el cielo ✔

13. Amy

"¿Te gustan los libros?"

Casi se dio un golpe en la frente.

Estaban ahí, frente a frente, y no supo qué más decir.

Aunque bien podía ser una pregunta común, no por nada él estaría en una biblioteca, a esas horas. Sin embargo, pasaron varias teorías por su cabeza que, si bien algunas guiaban al hecho de que podía tratarse de un psicópata, unas tantas afirmaban que sus almas, habían seguido el llamado de los latidos, hasta encontrar un fin, donde podía haber un nuevo inicio.

O estaba alucinando.

Sí, también podía ser.

Pero entonces él se quedó viendo otra de las notitas que había sacado, sonrió y enseguida asintió. Pudo haberse quedado en silencio, como muchas otras personas cuando Amy preguntaban algo, pero Nylo continuó, escribió tanto, que tuvo que girar el papelito.

"Los libros han sido mi fe y religión desde que tengo memoria. Puede que parezca raro que demuestre tanto aprecio por ellos, pero a fin de cuentas, los libros fueron los únicos que me aceptaron sin juzgarme, fueron los únicos que me escucharon lamentarme, reírme y llorar. Fueron los únicos que tuvieron los mejores consejos, y quienes me acompañaron cuando nadie más lo hizo.

Una sonrisa brotó de sus labios, antes de terminar de escribir. 

Creo que acabo de decir mucho, ¿no?"

Amy tomó la nota tan pronto él se la entregó y leyó enseguida. Casi podía verse un brillo especian en sus ojos, con la opaca luz cálida suspendida sobre ellos en ese bombillo viejo que más de una vez, se dijo, debía cambiar. El anochecer atravesaba las ventanas como un animalito curioso, sin presentarse. 

Ella tragó en seco. 

Fue como leer un reflejo de sus propios pensamientos.

Lo que logró que, fácilmente, alzara la mirada, plasmada en temor de reconocer que por mucho tiempo, no había encontrado a nadie que la comprendiese más, que los personajes literarios.

Volvió a pedirle el lapicero, y escribiendo en el pequeño espacio que quedaba, soltó un suspiro, casi conteniendo las lágrimas que quisieron salir.

"¿En serio eres real?"