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.— Odio este uniforme.¡Dios me ahogó de calor! — se quejó Trent quitándose el saco y aflojando la corbata.

— Ya te acostumbrarás, además todos los salones tienen aire acondicionado. — ríe el moreno que camina a su lado.

Primer día en la escuela privada y ya se ha ganado muchas miradas por parte de las chicas. Su padrino le obligó a peinar su cabello hacia atrás.

El uniforme es una camisa blanca, corbata negra, saco del mismo color al igual que los pantalones.

Iban entretenidos por los pasillos cuando Aaron chocó bruscamente contra alguien, una chica tiene todo igual a ellos a excepción de la camisa que en vez de ser blanca es negra, lleva un gorrito de lana negro que oculta su cabello acompañado de unos auriculares.

— Mira por donde caminas idiota. — dijo la chica con un tono fastidioso.

— Perdón — respondió tímidamente Aaron.

— ¡ Hey! La que debería ver por donde camina eres tú niñata. — Le encaró Trent sujetándola del brazo... Se llevó una gran sorpresa.

— ¿Qué no te basta con haberme acosado en la otra escuela?¿Cómo supiste que venía para acá Donaldson?¿ Acaso me espías?

— Es cosa del destino Weinman — se encogió de hombros.

— ¿Se conocen? — pregunta el moreno saliendo de detrás de su amigo.

Mara lo escaneó de arriba a abajo — Vaya Donaldson yo creía que tu eras guapo pero ahora sé que me equivoqué. ¿De dónde eres guapo?¿ Te gustan las cosas exóticas? Porque a mí sí. — habló coqueta.

El castaño puso sus manos sujetándose el cabello — ¡ Ni puedo creer que Mara Weinman este coqueteando! — alzó la voz dramáticamente — Ya déjalo. Él no es como nosotros — continuó serio. Se giró hacia su mejor amigo — Es una amiga de mi escuela anterior.

— Más que amigos nuestra relación es acosador y acosada.

Aaron no pudo evitar reír ante ese comentario. — Aaron Douglas. — extendió la mano en forma de saludo.

— Mara Weinman. — respondió al saludo.

— No puedo creer que estés socializando como una persona normal. — dijo Trent un poco sorprendido.

— ¿ Por qué lo dices? Se ve que es buena persona. — habló el inocente Douglas.

Mara y Trent se miraron y se echaron a reír y Aaron quedó como ¿ Qué está pasando? Expliquenme.

— Sabes pueden ayudarme a encontrar mi salón. — le extendió la hoja de orientación.

— Estamos en la misma clase. — dijo el moreno.

— ¿ La misma clase?¿ Entonces me saqué de encima a Donaldson?

Douglas asintió.

— No te hagas la contenta que amas estar en el mismo salón que yo.

— En tus sueños Donaldson.

Aaron y Trent se separaron y Mara no despega vista de su nuevo compañero y, como no hacerlo 1.83cm de altura, ojos verdes claros, labios carnosos y lo suficientemente grandes como para desear morderlos, cabello negro, cejas espesas, un piercing en la oreja, cuerpo trabajado ( lo sabe porque sus bíceps se hacen que la camisa le quede un poco apretada), una morena, sin marcas de acné, como la de un bebé y su blanca dentadura perfectamente alineada. A diferencia de Trenton nada de tinta.

Aaron no cree que Mara sea tan mala; un poco callada y sarcástica sí pero no ese tipo de persona que quieres alejar al momento.

— Este es tu casillero. El mío está allá. — señaló en la fila de enfrente tres casilleros más hacia allá.

Él fue a guardar su mochila y agarrar los libros de la primera materia : Física cuando un grupo de chicas se acercó a Mara.

— Hola.¿ Eres la nueva verdad? — dijo una rubia.

— No jodas me estaba escondiendo en un casillero.— respondió sin mirarla a la cara.

La chica se sorprendió con esa respuesta. — Somos el Comité de Bienvenida. Tenemos un formulario que es para saber todo de ti y integrarte a la escuela.

— No gracias no estoy interesada.

A la chica no le conviene tener a alguien menos bajo su control. 

— ¿ Qué dijiste?

— Creí que las perras oían más que las personas. — la chica puso cara de sorpresa — Si te afectan mis comentarios mis más hipócritas disculpas.

— ¡ No sabes con quién te metes!

— Tienes razón, con lo hipócrita que eres no se con cual de tus caras estoy tratando.

La rubia oxigenada resopló — Vete a la verga.

Mara sonríe falsamente — Enséñame el camino, ya que te lo sabes de memoria, siempre abres las piernas para que te la metan. Si me disculpan me tengo que ir. Diría que fue un gusto conocerlas pero eso sería mentir.

— ¿Quién es esta? — preguntó otra.

La pelirroja cerró su casillero y giró la cabeza hacia ella. — La encantadora de perras y ustedes serán casos difíciles.

Aaron quedó boquiabierto, ya entiende perfectamente el por qué Trenton dice que no puede socializar como una persona normal.Es pura dinamita — piensa.

— Señorita — le ofrece su brazo para que lo cruce con el de él.

— Solo muéstrame el salón. — dijo Mara tirando sus libros sobre los de él haciendo que Aaron doble un poco las rodillas.

Subieron hasta la segunda planta en silencio, ninguno de los dos dijo una palabra hasta que entraron al salón y el de orbes verdes se fue a sentar entre los primeros asientos.

— ¿ Qué haces niño bonito? Ven — movió la cabeza señalando a los últimos puestos. Ella se sentó en el que queda junto a la ventana y él en el de al lado porque ella lo obligó simplemente para que nadie se sentara al lado de ella. — Esta escuela es un laberinto. De no ser porque choqué contigo y conoces al inútil de Donaldson seguiría buscando esta estúpida aula.

— Bueno la escuela tiene tres pisos y dos edificios, el central y el secundario. En el central están la cafetería, los salones de clase, el de profes , la oficina del director y algunos baños. En el secundario tenemos salas de música, informática, la biblioteca, arte, gimnasio y piscina, teatro y algunas zonas de descanso. ¡ Ah! y el área de formación además del patio. Aquí soy considerado un rey, de hecho mi apodo es príncipe, soy intocable.

— ¿Y eso a qué debe niño lindo?

— Soy el hijo del dueño de la escuela.

Mara iba a decir algo pero fue interrumpida por el profesor que entró para comenzar la clase.

El club de los incomprendidos Where stories live. Discover now