43: Sinceridad

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El peliblanco gimió de placer al sentir como la caliente lengua del menor envolvía su miembro. Le traía loco la manera en la que lo hacía. Aunque lo hicieran millones de veces a la semana, nunca se cansaba de aquello, y no pensaba hacerlo pronto. Es más, ni siquiera se veía capaz de cansarse de ello.

Y vamos que, le estaba agradecido a Dios eternamente por haberle brindado un ángel tan precioso. Amaba la manera tan sucia en la que se comportaba el rubio cuando se encontraban solos en la habitación del más alto.

Y por otro lado, Byeongkwan adoraba los bajos gemidos que salian de la boca de su Sugar Daddy. Sabía bien que le encantaba la forma en la que se la chupaba. Y aún más cuando le pillaba desprevenido. Sabía todo del contrario en realidad. Y pensar que solo había pasado poco más de un mes.

Si fuese por él, no pararía jamás con tan sólo escuchar el día entero los jadeos de Sehyoon. De todos modos, ambos salian beneficiados.

El de hebras blancas echó su cabeza hacia atrás cerrando los ojos para disfrutar más. Después de dicha acción inclino su cabeza para mirar el rostro de su Sugar Baby. Apartó algunos mechones del rubio pelo de Kim para que así no le molestasen, y luego sonrió de lado, satisfecho con la imagen.

-- Quién diría que alguien con ese rostro tan angelical sería tan travieso -- le dedicó una sonrisa pervertida al contrario, quien sacó el miembro del alto de su boca y lo comenzó a mastrubar con lentitud, para así devolverle la sonrisa a él.

A continuación pasó su lengua tortuosamente para el alto, por el falo. Quería jugar un rato con él al igual que también quería ver el sufrimiento de su mayor.
No tuvo que esperar ni dos segundos cuando vio como su Sugar Daddy echaba su cabeza hacia atrás ahogando un gemido. Cerrando los ojos fuertemente.

Se sentía bien tenerlo a su merced.

Siguió masturbandolo sin dificultad a la vez que apoyó su barbilla en su abierta palma. Sonreía como si nada.

Sehyoon al volver de su mundo, y al haber recuperado lo que sea que le dejó la mente en blanco, miró al más bajo.

-- No quiero juegos Kwanie -- sonrió haciendo que el menor detuviera el movimiento de su mano.

-- Yo tampoco -- sonrió traviesamente. Después abandonó su posición y dejó de estar tumbado bocabajo.

En un segundo había gateado con rapidez hasta quedar sobre el regazo del contrario. Ahora el erecto miembro había quedado clavado en su trasero.
Sehyoon también se acomodó y se sentó en el respaldo de su cama. Preparándose para lo que se venía, preparándose para apoderarse de los labios ajenos.

Pero justo cuando estuvo a punto de hacerlo se escuchó una melodia resonar en toda la habitación. Los dos chicos se detuvieron confundidos y miraron por todos lados intentando encontrar el lugar del que procedía ese tono de llamada, que por cierto venía del móvil del más alto.

Sus oídos les orientaron y vieron en la mesilla de noche el móvil del mayor, vibrando.

Sehyoon bufó e hizo una mueca dispuesto a coger el móvil. Pero antes de que pudiera haber alargado su brazo Byeongkwan le había detenido mirándole a los ojos fijamente.

-- Sólo ignoralo -- frunció el ceño e hizo un mohín.

-- Pero y si es algo imp- -- fue interrumpido

-- No dejaré que nos interrumpan.

-- Kwanie.. Tengo que contestar

-- Estábamos a punto de follar, ¿tan importante es esa llamada?

~Sugar Daddy~ -Jaeyong- {Taeyong x Jaehyun} NCT Donde viven las historias. Descúbrelo ahora