29: Sueño

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Se podía apreciar el sudor y hasta la sangre.

Jaehyun enrollaba sus piernas fuertemente a la cintura del pelirrojo para no caer. Fue el mencionado quien le agarró por los muslos y con su fuerza le elevó en el aire.

Este beso era ciertamente muy diferente a todos los demás. Era el primero en el que ambos empleaban sus lenguas y dientes.

Fue Taeyong quien accidentalmente metió su lengua en la cavidad bucal del contrario, ni siquiera esperó ser correspondido en cuanto se dio cuenta de lo que había hecho, pero en cambio, no fue así.

El pelirrosa enrollo la suya junto a la del alto también. Eso claramente sorprendió al mayor pero no hizo que aflojara o disminuyera la velocidad del movimiento de sus labios.

Al parecer tenían hambre, y no en sentido en que querían comer japchae, sino que tenían hambre de los labios del contrario. Ni pudieron esperar a que las verduras se frieran, directamente chocaron sus labios en un desesperado beso.

El sudor comenzó a caer por sus frentes y cuerpo entero, sin saber si era por el calor que hacía en la cocina debido a la freidora y la olla, o porque la calentura se les había subido por completo.

Y mientras el pelirrojo sujetaba a su menor por los glúteos, el contrario chico agarraba al de hebras rojas por la nuca para así colisionar y juntar sus labios.

Taeyong por un momento estaba muy extrañado, ¿a Jaehyun no le importaba que usasen las lenguas y que el mayor le mordiera el labio?

Comparado a los besos que se solían ver en la tele, este era otro nivel. De tanto morderse y maltratar sus labios inferiores sangre corría por ellos. Se estaban destrozando por completo.

Pero extrañamente a ninguno de los dos les importó el sabor metálico que estropeaba e interrumpía el sabor del labial de cereza del pelirrosa. Seguían moviendo sus labios a un ritmo descontrolado y hasta torpe. No podían siquiera controlarse.

Desesperado, Lee sentó al de hebras rosas sobre la mesa en la que deberían estar los alimentos para cocinar aquel japchae. Se oyeron cosas caer al suelo. Entre ellas: cubiertos, alimentos, algo que debía ser de madera, hasta una cacerola.

El ruido estorbó, cierto, pero seguian sin inmutarse e hicieran lo que hicieran, nada les separaba.

Torpemente Jaehyun quedó sobre la oscura mesa de manera que sus piernas quedaron abiertas. El más alto aprovechó para agarrar la cintura del menor y pegarse aún más a la vez que sus labios seguían sincronizandose.

Era un completo caos.

Hablando sobre la sangre que goteaba por sus labios, ni se habían dado cuenta de ello. Probablemente se quedarían las cicatrices allí y además de eso seguramente ahora tenían los labios rojos e hinchados. No sólo por la sangre, sino también por la manera en la que se maltrataban éstos.

Después de un buen rato del salvaje beso, como era de costumbre, el de hebras sangrientas al igual que la sangre que goteaba, pasó a besar y maltratar el cuello impropio.
Dejando más que marcas, mordía y succionaba como nunca antes hizo

Sintió de nuevo otro fluido con sabor metálico sobre sus finos labios, pero de nuevo no le importo. Parecían vampiros por la manera en la que besaban sin importarles que habían llegado hasta el punto en el que comenzaba a salir sangre.

Al final, si seguían así, iban a desangrarse.

La sangre no paraba de salir soltando así un hilillo.

Jae, por otro lado, jadeba y gemia como si no hubiese un mañana. Se escuchaban más sus altos gemidos que su respiración (si es que ahora podía respirar). A estas alturas, al parecer sólo les importaba la tensión y calentura que sentían.

~Sugar Daddy~ -Jaeyong- {Taeyong x Jaehyun} NCT Donde viven las historias. Descúbrelo ahora