36: Hospital

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-- No te dejaré -- cerró los ojos el pelinaranja causando así que el abrazo sea más cálido y satisfactorio.

-- ¿N-no? -- el de menor estatura asomó su cabecita con esperanza de manera tierna para el alto.

-- No -- sonrió -- Pero si quiero que hagas algo por mi -- el otro chico se separó del largo abrazo y se sorbio la nariz luego de limpiarse las lágrimas que salían de sus ojos, para después escuchar con atención a su novio.

Haría lo que sea para mantener esa relación en pie.

-- No me gusta que todo el tiempo estés hablando de Jaehyun y Taeyong. Cuando hablamos siempre acabas contándome cosas de Taeyong, y me siento incómodo

-- ¿Por eso? Deberías habérmelo dicho

-- Te lo acabo de contar

-- Bueno, perdón, ni yo me había dado cuenta de eso -- entró en razón -- Dejaré de hablar de él a todas horas -- curvó sus labios hacia arriba a su alto

-- Puedo... ¿Besarte? -- cuestionó el rubio dudoso, no sabía si era un buen momento para hacer eso, pero quería y necesitaba hacerlo.

El haber pensado que iba a perder a Mingi le impulsó a querer hacer de todo con él al segundo. Estaba sediento del amor de Song.

Mingi sonrió y abrió sus brazos en dirección al mayor, indicando que se acercara a él.
Kim no perdió ni un segundo al ver los brazos del menor estrecharse como si fuese a abrazarlo. Rápidamente tomó por las mejillas al contrario y atrapó sus labios de forma desesperada.

Pero el beso fue todo lo contrario a uno desesperado y hambriento, ellos no solian darse besos así a menos que fuesen a acostarse. Aquel beso era controlado y manejado por el más bajo, quien quería transmitirle a través de sus labios a su pareja todo el amor que tenía hacia el alto guardado en su pequeño corazón.

Quería expresarse y demostrarle que de verdad lo amaba, porque en esos tres años no había cambiado nada, en esos tres años el amor entre ellos lo único que había hecho era crecer. Sólo que al parecer el de mullet estuvo guardandolo dentro de su interior.

Y si había algún momento perfecto para expulsar todos esos sentimientos afuera, era aquel. Jamás se sintió más necesitado de un contacto de labio a labio en su vida.

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Jaehyun caminaba por las calles de Seúl en camino a su casa, o bueno, la casa de Taeyong. Lo que pasaba es que ya pasaba tanto tiempo ahí que acostumbraba a llamarla su casa. Más o menos lo era, pues pasaba el medio día allí.

Acababa de salir de la casa de su mejor amigo, por lo tanto no sabía cómo estarían ahora Hongjoong y Mingi, pero esperaba que las cosas salieran bien. Mientras cruzaba carreteras y doblaba en algunas esquinas pensaba en los dos otros chicos.

Tanto, que su mente le hizo recordar el tema de que el mayor de ellos tres y el castaño hablaban a escondidas del pelinaranja. Temía saber la información que podía tener ya Hongjoong.

¿Y si ya sabía la verdad? No, era imposible. Si ya supiese la verdad ya hubiera hablado con Jaehyun muy seriamente sobre aquello y le hubiera hecho muchas preguntas.

Pero eso no quitaba que estaba cerca de descubrir la verdad. No sabía nada de lo que ellos dos hablaban, ni de lo que el de cabellos largos preguntaba, ni lo que Mark contestaba. Pero ¿como Mark podía ser tan tonto como para ir contando todo sobre Lee a desconocidos?

Cómo sea, debía impedirlo y advertirle al mayor de que si se le escapaba algo, Jae estaría en problemas.

De pronto su móvil comenzó a vibrar en su bolsillo tomándole por sorpresa. Curioso lo cogió y miró quien era la persona que le mandaba mensajes.

~Sugar Daddy~ -Jaeyong- {Taeyong x Jaehyun} NCT Where stories live. Discover now