11. El Rencuentro

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Zack

—Quedó en orden todas las preparaciones, señor Muller—informó la secretaría al abrir la puerta de mi oficina.

—Bien, sí ya está todo listo, prepara el coche—le ordené.

—Claro—cerró la puerta.

Volví mi atención a la única persona que se encontraba en mi oficina.

—Entonces, futura esposa ¿qué piensas de ser la prometida de un multimillonario? —camine hasta quedar enfrente de ella y me recargué en la mesa sin poner todo mi peso. Ella quitó su mirada de los documentos para mirarme con indiferencia.

—No creí, que hubieran demasiados alumnos inscritos para el trabajo—ignoró mi pregunta— Tendremos que ser muy estrictos con ellos, son muchos—se paró de la silla de la que se encontraba sentada para caminar alrededor de la oficina, mientras pensaba.

—No te preocupes por ello. Vamos a tener varios especialistas que los evaluarán primero—trate de calmarla—No vamos a escogerlos personalmente— le expliqué. Dejó de caminar y relajo un poco sus hombros de la tensión. Me volví acercar a ella, pero sin hacer ningún contacto físico. Puede volver a golpearme—Retomando lo de antes, ¿puedes contestar la pregunta que te hice?

—Pienso, que no es nada relevante o especial—dijo.

La verdad me irritaba mucho su actitud con respecto a la personas. Por otra parte, le tenía admiración a su trabajo y a la madurez que tiene para su edad. Aunque, aún tengo mis dudas porque es demasiado, reservada y seria; y eso me mata de curiosidad. Quiero conocer más de ella y eso me molesta, porque por lo regular no captan mi interés una chica. Soy más de tener relaciones sin compromisos, además soy cuatro años mayor.

—Ah. Deberías, de estar feliz por ello—le dije.

—¿Porqué, si solo es para la misión? Ni siquiera, es real

Buen punto.

—Uno, nunca sabe...—se escuchó cómo abrían la puerta, interrumpiéndome.

—Ya está el coche, señor—informó la secretaria.

—Bien, vamos—salí de la oficina junto con Melody.

Durante, el trayecto hacia la universidad ella permanecía callada y a la vez pensativa; decidí en no romper el silencio.

—Llegamos—dije a la vez que apagaba el auto. Salimos del auto y nos dirigimos hacia una entrada trasera, ya que sería llamativo entrar por la puerta principal. Mientras, íbamos hacia el auditorio choque por accidente con el hombro de una persona.

—Disculpe—dije inmediatamente. Se trataba de un joven de menor edad que yo y de mi misma altura, aunque se notaba serio.

—No se preocupe—dijo.

Seguí con mi camino hasta que mire atrás de mí y me percaté de la ausencia de Melody. Comencé a buscar a mis alrededores y no la encontraba. Hasta que llegue a escuchar unas voces en un pasillo algo escondido.

*

Narrador omnisciente

Unos minutos antes....

—No se preocupe—dijo el joven con cabello castaño y traje. Cuando, pasó de lado Zack Muller quedó impactado por la persona que tenía enfrente de el. Quedó en shock por unos momentos, aunque para él parecía una eternidad. Mientras, asimilaba que esos mismos ojos azules lo estaban viéndo, cuando él creía que nunca más los volvería a ver. Y esos ojos, que llegó a conocer hace cuatro años atrás seguían con ese brillo que lo dejaban atrapado. A pesar, de que en ese momento la mirada era fría y seca. Sentía, que no podía respirar y como su corazón latía con mucha fuerza; algo que ya no había sentido en años.

Nunca Seré Como EllasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora