5. Invasion al apartamento

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Maldito despertador

Me cubrí los oídos con la almohada y apague el despertador a golpe. Me cambié, al ponerme la peluca que me costó algo de trabajo. Aún no me acostumbro.

Escuche un ruido dentro de mi apartamento, fui por mi pistola y abrí la puerta lentamente. Me puse de espaldas contra la pared, vi de reojo que había algo blanco, le apunte con la pistola volteando hacia el. ¿Un perrito? Era un cachorro maltés como una bolita de pelos, es muy lindo. Escuche algo detrás de mi, voltee rápidamente y le apunte con la pistola.

—¡No hice nada maestra! ¡Perdóname!— ¿Dylan? Estaba de rodillas con las manos juntas. Rodee los ojos. Llegaron los otros dos y también hicieron lo mismo que Dylan.

Baje la pistola, fui por una cubeta pequeña con agua y se la lancé al trio.

—Maldición—dijo Jake. Pero, al ver mi pistola que lo seguía apuntando trago saliva.

—¿Como entraron trió de tontos?

—Vinimos a darte un regalito y a cocinar, porque tú no eres buena cocinando— contestó Jake.

—No han contestado mi pregunta— guarde la pistola.

—¡Fue Zack!— chilló como niña Esteban.

—Esta bien— fue lo único que dije, ya me las pagara después el niñato.

—¿No estas enojada?— pregunto Jake impresionado. No conteste su pregunta y fuimos a desayunar, tenía que admitir que el perro (Dylan) cocina rico. Pero, eso no lo perdona en haber invadido mi apartamento.

Después de unos minutos...

Jake se encontraba tumbado, descansando. Dylan estaba de cabeza y Esteban estaba noqueado.

—Y yo creyendo que no nos iba hacer nada—dijo el perro.

—¡Ah! ¡Crei que nos había perdonado!—espeto el pájaro.

—No les fue tan mal, digan que fui amable con ustedes— les aclaré mientras me estiraba— Me voy adelantando y ya saben lo que les va pasar si intentan lo mismo—voltee a verlos.

—Si, ya entendimos— aclaró Dylan con una mueca de dolor.

Cerré la puerta, al salir vi que se encontraba Zack esperando. Se puso derecho y alzó las cejas.

—¿Qué quieres?—dije con un tono frío.

—Ah. Que mala eres recibiendo tus visitas—rodee los ojos—Pero, no importa de todas maneras caerás a mis pies—dijo con arrogancia.

—De hecho, he querido decirte algo desde la mañana—le sonreí amablemente, se acercó muy confiado—Sí, se vuelven a meter esas mascotas o tú date por muerto—cambie mi tono de voz drásticamente y le di un rodillazo en sus partes. Se empezó a retorcer de dolor y agarro sus partes dañadas. En eso, se escucha como abren la puerta, es Sarah con su hermanita. Zack se agarro de mi hombro tratando de guardar la compostura.

—Buenos días, Sarah y Charlotte—dije sonriéndoles.

—Eh..buenos días Christopher..y usted es el señor ¿Muller?—contestó Sarah nerviosa y sorprendida a la vez.

—Claro, que si señorita Sarah. Christopher me ha contado mucho de usted—dijo Zack, recargándose en mi hombro. Sarah se puso roja y desvío la vista, quería que me tragara la tierra. Estupido Muller— Venía a visitar a mi querido amigo—me dio una palmada en la espalda como si fuéramos los mejores amigos.

—Sii—dije con una sonrisa forzada.

—¡Príncipe!—se abalanzó Charlotte encima de mi, la cargue y me dio un beso en el cachete. Volteo a ver a Zack—¡Usted es un rey barbón malvado!—lo apunto con el dedo. Hasta Charlotte no lo quería.

Nunca Seré Como EllasWhere stories live. Discover now