54. Ross.

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La primera ves que la vio, pudo asegurar que jamas, hasta ese momento, había sentido lo que era el amor en el estado mas puro, el amor completamente ciego y entregado.

Y es que era inevitable, imposible no perderse en ese par de ojos tan grandes y brillantes, en esa risa tan pura e inocente, en su suave y delicada piel, en su cabello tan perfecto y rubio. 

Rubio!!!! Era como el de ella!!! Y eso lo hacía tan feliz, tan jodidamete feliz. Volver a ver sus ojos, sus propios ojos en ella lo llenaba de orgullo. Era ella la perfecta combinación de ambos.  No solo en el físico, si no que era como si una parte de ellos se hubiera mezclado en su primogénita. Él veía en ella la valentía, la entrega, la lealtad, la fuerza y la habilidad de su esposa; Astrid, por el contrario, le aseguraba que Ross había heredado de él, su bondad, su convicción, su alegría, su inocencia, su voluntad, su curiosidad y un millón de cosas más que Hipo no estaba seguro de donde sacaba, pero que escucharlo de ella le hacía sentir el mejor hombre del mundo.

Verla lo hacía tan feliz y le llenaba de vida. Podía ser un mal día, lleno de tráfico y gritos en el trabajo, podía chocar el auto y perder un proyecto en el que había trabajado noches enteras, pero volver a su casa, y ser recibido por un dibujo de su pequeña hija donde él era un superheroe agarrando su pequeña mano. Ese dibujo, por cierto, es el que tiene en su cartera hasta el día de hoy.

La primera ves que se fue de viaje fue él quien lloro al despedir a su hija, cosa que enterneció a su Ross y divirtió a su mujer. Él aún les reprocha eso.

Siempre se preocupo por su hija, pero el tema de pareja no solo le aterraba, estaba seguro de que cuando conociera al pobre desgraciado que se atreviera a tocar a su hija y alejarla de él se arrepentiría por el resto de su desdichada vida; claro que siendo él, las cosas jamas salían como las planeaba, así que "el desgraciado" realmente no era tan mala chica, y bueno ... no era "él". El tema del embarazo no planeado ya no era algo que le preocupara.

Cuándo su hija se fue de su casa a la universidad lloro aún mas que en su primer viaje, solo que ahora su esposa no podía burlarse de él, ya que estaban igual.

En definitiva él siempre amaría a su pequeña Ross, y mientras avanzaba por la elegante alfombra roja, guiándola a su futura esposa, solo podía pensar una cosa: "La rosa que se coloco su nuera en el cabello hubiera quedado mejor en rosa" .... "Y que estaba orgulloso de ser su padre"

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Hooooolaaaaaaa!!!!! Aquí esta mi aporte al día del padre que, por cierto, es mañana, así que no se olviden de felicitar a quienes, para ustedes, sea la persona(s) merecedora del título de "padre", y si por alguna razón no la encuentran, a quienes le hayan dado el amor y el cuidado de uno.

Besos y hasta pronto.     

Historias de un amorWhere stories live. Discover now