Historias de un amor

50.Fantasma

Los recuerdos siguen intactos en su memoria; recuerdos que jamas ocurrieron, recuerdos falsos, mentiras que se abren paso como verdades y que llenan sus pensamientos de ilusiones y alegrías. 

Honestamente jamas creyó que algo así fuese a pasar. Anhelaba eso, la anhelaba a ella y anhelaba lo que podrían vivir juntos, sus vidas unidas como una sola. La vida que crearían juntos.

Soñaba despertar con su mirada y dormir con su sonrisa; vivir con su voz y y soñar con su risa. Estar con ella en sus alegrías y consolarla por sus penas. Levantarla de sus caídas y caminar con ella, siempre de la mano.

La amaba, no sabía como paso, no sabía como podía sentirse así por alguien que ni siquiera conocía, pero así era, así es como ella lo hacía sentir. Vivo y pleno.

Se paso noches en vela, imaginando como sería ese momento, como sería ella. Su rostro, su cabello, sus ojos, su voz, todo eso y mas se lo había intentado imaginar, pero honestamente jamas pudo llegar a imaginar, ni remotamente, algo tan perfecto y hermoso.

Sabía algo que jamas creyó posible: la conocía sin siquiera haberla visto.

Así que cuando se conocieron en aquella fiesta; cuando ella lo saludo y sonrío de aquella manera tan radiante y hermosa no pudo evitar sorprenderse por la familiaridad en su voz.

-Hola

Le devolvió la sonrisa y con simple alegría le respondió:

-Hola

Los fantasmas de su imaginación comenzaban a materializarse frente a él, solo que con una enorme diferencia ...

-Soy Astrid ...

-Mucho gusto Astrid, soy Hipo.

... eran mucho mejor.

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No intenten encontrarle mucho sentido, creo que no lo tiene, así que solo lean y disfrútenlo ... si no es tan malo, claro.

Saludos y nos vemos pronto.