6.Enamorándose (Editado)

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Tenía su número, pero no la llamaría, esa era la regla: no volver a verlas.

Pero ella....

Hipo sacudío su cabeza tratando de alejar esos pensamientos de su mente. Qué le estaba pensando? Desde aquella noche no pudo dejar de pensar en ella, y eso no le gustaba para nada. Sentirse dependiente de otro, se supone que ellas tenían que pensar en él, no él en ellas. No en ella.

Sacó su celular del bolsillo y reviso sus mensajes y llamadas. Nada. Había de sus amigos, su padre y de algunas chicas que él ya no recordaba, pero nada de ella.

Finalmente descidio que estar encerrado no le iba a ayudar, así que buscó entre sus contactos hasta encontrar el número de su primo, su eterno compañero de fiestas.

-Bueno

-Hey Patán

-¡Hipo! ¿Qué me cuentas?

-Nada nuevo. Oye, tengo ganas de salir esta noche, ¿Puedes?

-Hecho, ¿En el lugar de siempre?

-Y a la misma hora.

-Va, ademas tengo algo que contarte.

-Vale. Entonces nos vemos allá.

Colgó y se preparo para salir. Se dirigió a su auto, un deportivo negro con letras plateadas que decian "Furia Nocturna".

Pasó primero a comprar unas cosas que necesitaba y despues se dirigió al bar que frecuentaban. Ahí encontro a Patán.

Entraron e Hipo se dirigía a la barra cuando Patán lo jaló hacía una mesa. Se sentaron y una mesera llego a pedir su orden.

-¿Qué se les ofrece?

-Dos tragos por-

-No. Que sean cuatro.

Hipo lo miro extrañado mientras la mesera escribía su orden y se retiraba.

-Tengo que contarte algo.

-Lo se, me lo digiste por teléfono.

-Conocí a una chica.

-Patán, conoces a muchas.

El chico sonrió, algo engreído, pero rápidamente volvió a su seriedad alegre. -No. Me refiero a que ésta es epecial, ella es especial.

Hipo se le quedo viendo por unos segundos hasta que una sonrisa salio de sus labios.

-¿Es enserio?

-Enserio

Hipo asintió, todavía no muy convencido, pero feliz por el palpable estusiasmo de su querido primo. -De acuerdo amigo. Felicidades, me alegro mucho por ti.

-Gracias

-¿Y cuando la conoceré?

-Hoy, de hecho. Vendrá con una amiga suya.

Hipo sonrió aún más y la mesera llego con sus pedidos. Justo en ese momento se vieron dos figuras femeninas acercarse a ellos desde la multitud. Cuando llegaron las chicas saludaron a Patán y él las presento.

-Hipo, ella es Tilda -Dijo, tomando de la cintura a la más alta y delgada de las rubias. -Y ella es Astrid. Chicas él es Hipo, mi primo.

En circunstancias normales Hipo se habría presentado amablemente y habría ofrecido una silla a la la otra rubia (dado que Tilda venía con su primo), en cambio, se le quedó mirando fijamente con los ojos más abiertos de lo normal y una expresión entre asombrado y afligido. Astrid, por su lado, miraba al chico con una expresión completamente asombrada, como si él fuera una especie de error en la mátrix o algo parecido.

Ninguno dijo nada por un periodo incómodamente largo, dejando confundidos a los otros dos jóvenes. Entonces, como si acabaran de descongelarse, casi asustando a sus amigos, ambos exclamaron alto y fuerte:

-¿¡TÚ?!

-¿¡TÚ?!

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¡He vuelto! ¿Ya escucharon las buenas nuevas? ¿Qué les parece la idea de un live action de nuestro jinete favorito? Honestamente a mi me pone un poco nerviosa, pero esperemos que salga bien.
Nos vemos, espero, este mismo año jajaja.

Historias de un amorWhere stories live. Discover now