Silencio ; Ramaela

Nubarrón

Narra  Rama

Necesitaba ganarme la confianza de Mica, necesitaba saber si realmente iba a ir a Perú o no. Tenía que evitarlo a toda costa. Mientras caminaba de regreso a casa pasé por una tienda de Apple y en el escaparate había una imagen de dos personas chateando. En ese momento se me encendió la luz.

Entré a la tienda y compré un iPhone 5 no quería nada excesivamente caro, pero ya que compraba un segundo móvil tampoco quería comprar uno que fuese horrible. Salí de allí y fui corriendo a mi casa, no podía perder ni un sólo segundo.

Abrí la puerta corriendo y subí a mi habitación.

-Hola Rama, yo también me preguntaba dónde carajo estabas.-Dijo mi hermano molesto. Yo lo ignoré y me encerré en mi habitación.

Encendí el celular y copié el número de Mica en los contactos.

Narra Mica

Me mordí el labio sabiendo que la persona que me quitaba el sueño no era la que más me apetecía que fuese. Pero supongo que nadie manda en esto. De repente mi móvil comenzó a vibrar como si no hubiera un mañana.

WhatsApp » Chats

»Hola Mica

¿Quién eres y por qué tienes mi número?«

»No importa, solo quiero hablar contigo me pareces

una persona muy especial

Y tú me pareces especialmente psicópata«

»Siempre tan simpática

Hablas como si me conocieras«

»Te conozco

¿De qué?«

»Eso lo tendrás que averiguar solita

Cerré el chat molesta y me fui a la cama resoplando. ¿Cómo había conseguido mi número? ¿Y quién se creía que era para hablar como si me conociera de algo? que imbécil. Seguí dando vueltas en la cama sin parar de darle vueltas. Agarré nuevamente mi móvil furiosa.

WhatsApp » Chats

Dime quién eres o te bloqueo«

»Si quisieras ya lo hubieras hecho

No te hagas el misterioso«

»Ni tú la importante, sólo quería hablar contigo

Porqué«

»Por que me gustas

   Eres idiota, ni si quieras nos conocemos«

»Que tú sepas no, pero me conoces

mejor de lo que piensas

Ramiro eres un idiota, mañana vas a tragarte todas las colchonetas que encuentre «

»¿Qué? te confundes de persona

No dejes de hablarme«

Fui a por el teléfono de mi casa y marqué el número de Ramiro mientras el misterioso anónimo seguía escribiendo. Casualmente dejó de escribir cuando él me atendió.

-Sigue jugando y te desfiguro la cara esa de gato con la que conquistas a todas.-Lo amenacé.

-En ese ''todas'' ¿te incluyes?.-Rió.