Silencio ; Ramaela

¿Felices los cuatro?

Narra Mica

Me había despertado con un dolor de cabeza tremendo, miré la hora y eran las doce de la mañana. Me acuerdo que anoche me fui a dormir bastante tarde, y haciendo memoria recordé el culpable. Ramiro Nayar, ese chico me tenía total y completamente confundida. No sabía que era lo que quería, y yo no iba a ser segundo plato de nadie. Aunque la idea de estar con él no era algo que me desagradase, había muchas cosas de por medio. Su novia, la exposición ante tanta gente, los comentarios en las redes...

Sacudí la cabeza alejando esos pensamientos de mi. Me dirigí hacia la cocina y me hice unas tostadas con mermelada y un jugo de naranja. Me senté en la mesa y me hice una cola alta para que no me molestara el pelo al comer. Mientras desayunaba, aunque era algo tarde, miré mi Twitter. Tenía un montón de notificaciones, entre ellas destacaban un montón de tweets con fotos mías y de Rama en mi auto, a la salida de la fiesta. Casi se me va la tostada por el otro lado al ver la imaginación que podía llegar a tener la gente.

Sólo de pensar la cantidad de preguntas a las que me iban a someter en el programa, ya me quitaba las ganas de ir. Me duché y me peiné, para vestirme corriendo o llegaría tarde a la clínica. Al pensar en eso recordé que Ramiro me acompañaba, como de costumbre ''genial, esto es como intentar apagar un incendio echando gasolina'' pensé. Al rato, cuando estaba acabando de recoger, sonó el timbre.

-¡Voy!.-Grité.-Me despedí de Aloha y tomé mi celular y las llaves.

-Hola.-Me sonrió él cuando abrí la puerta.

-Hola.-Contesté secamente.

-¿Pasa algo? ¿Fui demasiado molesto anoche?.-Preguntó.

-¿No leíste twitter? por lo visto saben más de mi relación contigo que yo misma.-Reí irónicamente.

-Tampoco es que seamos amigos 100%, digo, después de todo lo que hemos pasado.-Corrigió.

-Mira Ramiro, tu estás con Soso, yo estoy sola con Aloha...-

-Ya te dije que no tiene por qué ser así.-Interrumpió.

-¿Ah no? ¿Y según tú como puede ser?.-Pregunté.

-Podemos intentarlo poco a poco. Puedo dejar a Soso, y empezar algo contigo.-Explicó.

-Vas demasiado de prisa y no.-Volví a negarme.

-Por mucho que sigas reiterando que no quieres nada conmigo, sabes que en el fondo yo te gusto tanto como tu a mi, no sirve de nada negarlo.-Contestó.

-No Ramiro, no está bien.-Suspiré.

No podía negar que me moría de ganas de besarlo y abrazarlo. A su lado me sentía cuidada y protegida, pero había muchas cosas en juego y en riesgo, entre ellas nuestros sentimientos, algo que a mi me costaba mucho expresar. Para mi admitir que me gusta alguien ya es un paso enorme, y reconocerlo ante la persona ya es demasiado. Desde que pasó todo lo que pasó hace un par de semanas atrás, he hecho como la canción de ''heart attack'' he elevado  mis defensas porque no quiero enamorarme, si alguna vez pasara eso, creo que me daría un ataque al corazón, y más si es Ramiro Nayar, no puede pasar eso. Si es verdad que él sería el correcto, que me hace sentir bien, pero no podía.

-No está bien por que te niegas a reconocer las cosas.-Rebatió.

-¿Lo dice el que tiene novia? por favor Rama, madura.-Le recriminé.

-¿Ese es tu gran problema?.-Preguntó.

-Mi gran problema es que no confío en nadie para entregarle mis sentimientos, y vamos por que llegamos tarde.-Cambié de tema.